El Ministerio de Educación Superior (MES) de Cuba, dejó claro la expulsión de la profesora Dalila Rodríguez de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, en una carta que recibiera la misma docente el pasado viernes, informó el portal 14ymedio.
La misiva está firmada por la asesora jurídica del Ministerio, Denisse Pereira Yero y por el jefe del Departamento Jurídico, Jorge Valdés Asán, con fecha del 9 de mayo, en respuesta a su pasada apelación, en contra de su presunta “mala influencia” para los estudiantes, quien tenía más de 10 años de carrera profesional.
La mujer explicó a 14ymedio que los funcionarios no consideran una apelación al reclamo suyo, ya que “basta que se incurra en uno de los supuestos del artículo 74 inciso d) para que se pierda de manera directa la Categoría Docente”.
La mujer de 33 años, residente en Camajuaní, cursante del doctorado en Ciencias Pedagógicas, con un Máster en Estudios Lingüísticos y Editorial, le fue otorgado una orden de despido de su cargo en la Facultad de Humanidades, emitida por el rector Andrés Castro Alegría y en la que se señala el artículo 74 del Reglamento que aplica a las Categorías Docentes de la Educación Superior, ya que no es considerada una “buena influencia para los estudiantes”, alegando, en aquella oportunidad, que su accionar no se corresponde con el de un profesor de su categoría y no puede ejercer la docencia porque “puede dañar la formación de los estudiantes”.
Según contó la profesora al medio informativo, la noticia la recibió con sorpresa y el argumento empleado para hacer valer la expulsión de esta era que no había logrado “subsanar un grupo de actitudes que se apartan en lo social y lo ético del correcto actuar docente educativo que exige su categoría docente, y que puede afectar la formación de los educandos”.
La Seguridad del Estado representó para la filóloga una presión desde principio de 2015, cuando agentes la entrevistaron para indagar si tenía contactos con el activista y pastor evangélico Mario Félix Lleonart, pero además indagaron en el trato que ella podría tener con su padre, Leonardo Rodríguez Alonso, coordinador del Instituto Patmos, organización que se defiende de los derechos religiosos, de manera independiente, en Cuba.
La mujer dejó por sentado que no hace parte de algún grupo opositor, ni asiste a eventos de independientes en la Isla. “Todo esto lo han hecho para que mi padre se sienta culpable”.
La profesora indicó en su reclamo a 14ymedio, que el proceso estuvo pleno de irregularidades, ya que según e reglamento, el caso debe ser analizado con antelación por la comisión encargada de las categorías docentes y ofrecerle un plazo de siete días para apelar. No obstante, el recto tomó la decisión directamente y sin respetar los términos.
La profesional decidió escribir a José Saborido, Ministro de Educación Superior, pero la respuesta que obtuvo la pasada semana, responde que en su caso “no hay violación alguna (…) no se trata de un proceso disciplinario sino de un procedimiento administrativo de carácter especial”.
Vía telefónica, entre 14ymedio y la profesora, esta última calificó de “increíble” que a poco de ser evaluada con las mejores calificaciones en su trabajo se haya convertido en alguien “con graves problemas éticos y sociales que perjudica la formación” de a quien se debe, de sus alumnos.
Alegó sentirse “totalmente desamparada, después de trabajar once años en esa universidad (…) ni siquiera han podido mostrar una sola prueba en (su) contra”. Poco después de su despido, se originó la expulsión de Karla Pérez González, estudiante de periodismo, acusada de pertenecer al Movimiento Somos+ y “tener una estrategia desde el inicio del curso para subvertir a los jóvenes”.
Redacción Cubanos Por el Mundo
