El destino de Cuba está prácticamente en manos del castrismo y de los militares cubanos. Una mancuerna que se ha enriquecido a costa del ingreso nacional en detrimento de la calidad de vida de los pobladores de la cercada Isla.
Esto ha quedado comprobado con la aprobación de los principales documentos sobre la actualización del modelo económico y social cubano hasta el 2030, que ha sido interpretada por expertos y analistas como la confirmación de que el destino de la nación insular ha quedado oficialmente amarrado a los designios de los militares.
Documentos recientes aprobados en el seno de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), tales como “Conceptualización del Modelo Socioeconómico y Social Cubano de Desarrollo Socialista”, “Bases del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030” y “Visión de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos”, a los que se unen las nuevas modificaciones a los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, demuestran que el destino de Cuba y de los cubanos está bajo la decisión del sector castrense.
Según reveló el abogado Roberto Quiñones Haces que esta es “la primera vez que el castrismo conceptualiza su proyecto”, y criticó que la promulgación de esos documentos reflejan los intereses de los comunistas y dejan fuera al resto de la población.
En tanto, el cubano Elías Amor, profesor de economía en la Universidad de Valencia, en España, aseguró que la aprobación de los tres documentos es un retorno a 1959-60-61 “cuando confiscaron todo, prohibieron las empresas y dejaron a los cubanos sin derecho de propiedad”.
Y agregó que la aprobación de los tres documentos evidencia la gran contradicción ideológica entre el ejército y el partido.
De hecho, se ha demostrado que el sistema esta dividido, y que estos dos poderes seguirán chocando y no pueden entenderse entre ellos. Por una parte está el conglomerado de poder económico empresarial integrado por el Ejército y la Seguridad del Estado, que hacen negocios con inversores extranjeros que llegan a Cuba, mientras que por la otra está el Partido, que sostiene la posición ideológica comunista de que no exista la propiedad privada, “y eso no puede acabar bien”, comentó Amor.
Por otra parte, está la falta de democracia para la toma de decisiones. Según explicó Quiñones Haces, la cantidad de cubanos que discutieron y aprobaron los documentos en la sesión extraordinaria es de un 18.3136 % de la población adulta. El 81.6864% restante fue ignorado, y esa es la muestra de que dejaron fuera la opinión de 8.5 millones de personas.
Redacción CPEM | Con información de martinoticias
@norismarnavas
