Caminando por la calle me tropiezo con piedras, pedazos de vidrio y madera. En todo el medio de la avenida Padilla, unas de las principales vías de la occidental ciudad de Maracaibo, reposa una barricada armada con escritorios y partes de rejas de hierro.
Al final de la calle, un grupo de jóvenes encapuchados encaran a un minúsculo equipo de policías que rodean el área, cerrada desde hace más de un mes. Las protestas en Venezuela llevan 71 días y ha cobrado la vida de casi 80 personas.
Unos pocos se acercan para preguntar qué hacía grabando el busto del libertador Simón Bolívar que reposa en todo el medio de la barricada, no son hostiles, simplemente cautelosos ya que le gobierno Madurista infiltra personas en sus filas para delatarlos.
De inmediato saco mi credencial de prensa y me identifico, bajan la guardia y uno de ellos extiende su mano “disculpa” me dice “es que con tantos pacos (policías) que andan por aquí uno se tiene que poner pilas (alerta)”.
Hace tres semana, sus filas sufrieron una baja lamentable, la muerte de Adrian Duque, un joven de 22 años que cayó herido de bala mientras se enfrentaba a la Guardia Nacional. Su nombre está grabado en el lugar que fue asesinado y sus compañeros lo recuerdan con nostalgia.
“Era un chamo muy joven para que lo mataran así” dice uno de ellos vestido con franela azul y capucha negra “pero nosotros no nos vamos a rendir, este gobierno nos está matando pero seguimos adelante”.
A simple viste todos parecen ser jóvenes, ninguno supera los 30 años de edad, o al menos eso pude observar por la pequeña línea que deja la capucha.
De pronto un sonido al final de la calle los alerta, todos miran, pero un grupo más adelante hace señas de que nada sucede.
Al ver la imagen del libertador Simón Bolívar me llevo a preguntarles. ¿Por qué quemar banderas cubanas? Si ellos usan un símbolo patrio en su batalla, ¿por qué quemar los símbolos de otros?
“No es por los cubanos” dice el más pequeño del grupo y al parecer quien los dirigía, “eso es porque rechazamos la injerencia de Castro en nuestro país”.
Les pregunto que si conocen la bandera del 26 de julio, a lo que me responden “no”. Les explicó que esa es un símbolo del castrismo. “No sabíamos. Pero si me la traes también se la quemamos pa que sean serios” dice entre risas.
El joven asegura que el Castrismo tiene casi 20 años controlando la política venezolana y que hoy son ellos quienes los reprimen. ” esos malditos son los que comandan a los guardias para que nos tiren, es por eso que las quemamos, no porque tengamos algo contra nuestros hermanos cubanos, al contrario, ellos tienen su comunismo y nosotros no queremos que eso suceda aquí, por eso luchamos”.
Mientras hablan, uno a uno va llegando portando escudos improvisados con pedazos de pipas y cartón. Todos se ven interesados de hablar, cada uno aporta una idea distinta a la entrevista.
Uno de ellos se pregunta la razón de la pregunta, a lo que contesto que los cubanos se sienten indignados al ver su bandera arder, ya el castrismo les ha hecho mucho daño como para que por su culpa ahora también quemen su símbolo patrio.
“Pero diles que no se arrechen (molesten)” dice entre risas, “esto no es por ellos” insiste, “si nosotros pudiéramos ayudarlos a estar en las calles como nosotros lo haríamos”.
Sueños de libertad
La conversación respecto a Cuba fue corta pero contundente. Inmediatamente abren paso para decir sus demandas. “Queremos libertad, paz, que tengamos que comer, que tengamos que comprar, no queremos más a este gobierno”.
Al voltear veo a uno que se sienten en la acera y estira sus brazos, como si estuviera cansado. ¿Están cansados? Les pregunté. “No” dice tajantemente, “ni un poquito, todo lo contrario , cada día estamos más seguros de lo que hacemos y lo que queremos, eso nos da fuerzas”.
Varios vecinos se asoman al ver al grupo congregado a mi alrededor, aplauden a los muchachos por sus declaraciones y los admiran. “Son los verdaderos héroes” dice una señora que vestía una bata blanca y su cabello plateado recogido hacia atrás “ya estamos cansados, muchos de ellos no han vivido otra cosa que no sea este nefasto gobierno y queremos que sepan lo que es vivir en libertad como yo viví” asegura.
Luego del corto encuentro, hago un breve recorrido por la calle para no dejar pasar más detalles. Eran las 5:00 de la tarde y los jóvenes estaban dispuestos a madrugar para cuidar lo que considera su “fortaleza”, ya que en varias ocasiones la guardia los ha intentado dispersar pero no han podido.
Redacción Cubanos por el Mundo
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Lic. Henry Chirinos
Periodista
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