De eliminarse la posibilidad de que las empresas estadounidenses hagan negocios con empresas en manos de militares cubanos, la cadena hotelera Marriot Internacional, sería la compañía que saldría más perjudicada con tal decisión. Por ello, un intenso cabildeo de la cadena hotelera, se encuentra operando, reflejando su preocupación, ante los posibles cambios que anuncie el Presidente.
Sólo durante el primer trimestre de este año, Marriot gastó 260 mil dólares en cabildear a favor de los viajes a Cuba, de un total previsto de 670 mil dólares para todo el año. El monto del último trimestre es superior a los dos últimos años para el mismo periodo.
Durante el 2016, la administración Obama otorgó a Starwood, subsidiaria de Marriot, la licencia para poder operar un hotel en La Habana. Sin embargo, el Departamento del Tesoro no ha revelado los detalles de esa licencia.
El pasado año la Administración Obama otorgó a Starwood, subsidiaria de Marriot, una licencia para operar un hotel en La Habana. Los detalles de este permiso no han sido revelados por el Departamento del Tesoro, sin embargo, la cadena trabaja en reacondicionar el Hotel Quinta Avenida, propiedad del conglomerado militar cubano, bajo el nombre de Four Points de Sheraton.
También tiene acuerdos para operar otros con hoteles propiedad del gobierno cubano, que no pertenecen al grupo militar, pero los trabajos en los mismos no han comenzado, por lo que cualquier cambio en la política a Cuba presionaría a la compañía a “modificar o renunciar” sus acuerdos con los militares cubanos, según indicó John Kavulich, presidente del Consejo de Negocios EE.UU-Cuba.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Free Beacon
