Ernesto “Che” Guevara no sólo fracasó en su vida personal, también en uno de los primeros cargos que desempeñó durante los inicios de la revolución.
Cuando Castro se hizo con el poder, el Che se desempeñó en varios cargos, sobre todo en el área económica, fue presidente del Banco Nacional, director del Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) y ministro de Industria. También en el área diplomática, figuró como responsable de varias misiones internacionales.
No obstante, la historia del Che como ministro de Industrias, durante los primeros cuatro años de dictadura castrista, quedó patentado como un patético y bochornoso fracaso.
Esta historia ha sido revelada y descrita por uno de los mejores biógrafos de Ernesto Che Guevara, Marcos Bravo, en su libro de 2003, La otra cara del Che.
EL CASO DE LAS BOTAS MILITARES
Bravo dedicó todo un capítulo a describir las barbaridades cometidas por el Che durante su gestión gubernamental y que contribuyó a deslastrar toda una industria que venía en evidente ascenso.
Dentro de los relatos de este autor, se ubica uno que hace mención a la historia de las cajas de botas militares soviéticas, que fueron abandonadas en cualquier lugar, junto a maquinarias equipos que costaban millones de rublos, por falta de almacenes en los muelles de La Habana.
Resulta, que un capitán del ejército se encontró varias cajas de aquellas botas, pero todas, pertenecían al pie izquierdo. Con el fin de utilizarlas, tuvo la idea de donarlas a las prisiones donde cumplían largas condenas más de 10 mil hombres y mujeres por causas políticas. “Si los presos protestaban —pensó el capitán— no tenía la menor importancia”.
En adelante, este capitán, fue condenado a 30 años de cárcel, y al llegar a La Cabaña, recibió un par de botas del pie izquierdo, con las que tuvo que someterse para caminar por largo tiempo, las mismas que había donado él un año antes.
Redacción CPEM | Con información de cubanet
