El pasado martes, el Consejo de Estado convocó para el próximo 22 de octubre, a un proceso de “elecciones” generales. La información fue revelada por el diario oficialista Granma, donde a través de una nota informativa, notificaron que se procederán a elegir a los delegados a las asambleas municipales y provinciales y a los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Por otra parte, la Agencia Cubana de Noticias, anunció hoy que ya fue constituida la Comisión Electoral Nacional en un acto solemne celebrado en la sede del Palacio de la Revolución, en La Habana
De acuerdo con las informaciones reveladas por los diarios locales, la elección de los delegados municipales se efectuará el 22 de octubre próximo en primera vuelta, y en segunda el 29 del propio mes, en las circunscripciones en que ninguno de los candidatos obtenga más del cincuenta por ciento de los votos válidos emitidos.
LIMITACIONES IMPUESTAS POR EL CASTRISMO
Dentro de las observaciones que se derivan de este proceso es que el término de “elecciones generales” puede ser discutible, por cuanto en Cuba solo hay elecciones para elegir el poder legislativo no hay elecciones para elegir el poder ejecutivo, aunque el régimen sostiene que hay una suerte de sistema semiparlamentario, pero en Cuba, realmente nadie elige a los gobernadores ni a los alcaldes.
De acuerdo con la Ley Electoral de 1992, realmente se realizan sólo “elecciones parciales”. También se destaca que, hasta la fecha solo se han elegido candidatos que son afectos al régimen castrocomunista. También se destacan las múltiples limitaciones para hacer campaña política dentro de la Isla.
Por otra parte, no hay la posibilidad de hacer cambios reales dentro de la estructura política y gubernamental existente, en virtud de que la Asamblea Nacional está constituida prácticamente, solo por los partidos afines al castrismo.
De hecho, la Constitución actual, establece que el socialismo en la Isla es irrevocable, lo que limita la posibilidad de abrir espacios para la existencia de partidos políticos con diferentes enfoques ideológicos. De igual manera, se evidencian serias limitaciones con relación al manejo de los presupuestos destinados a la promoción de diferentes opciones políticas.
En fin, el escenario político opositor dentro de la Isla se encuentra en una disyuntiva, porque de no presentarse en el proceso eleccionario, se califica como que estaría perdiendo los espacios y la posibilidad de participación política y si se presenta y hace parte activa del proceso, se podría considerar que estaría legitimando al régimen castrocomunista.
Por lo cual, lo primero que habría que desechar en Cuba, es el sistema de partido único, que limita fuertemente la participación libre y democrática del pueblo, considerando sus diferentes tendencias ideológicas.
Redacción CPEM