El desarrollo de un país depende del capital humano y de sus recursos, así como de un modelo político y socioeconómico que le permite operar con eficiencia, eficacia y efectividad en el concierto de los países a escala mundial.
Pero este no es el caso de Cuba, que recientemente ha resultado como el primer país con la tasa de longevidad más alta del continente y, adicionalmente, como uno de los más bajos en la tasa de natalidad.
Como es de suponer, la fortaleza de un país para su desarrollo nacional depende en gran parte de sus jóvenes, quienes están en el tiempo de trabajar y producir para el mejoramiento de la calidad de vida poblacional y de esta manera activar una dinámica poblacional que permita sostener dignamente al sector de los adultos mayores que ya se encuentran en situación de jubilados y pensionados.
Esta es la dinámica poblacional deseada para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio, como en reiteradas veces lo ha explicado el Fondo de Población y Desarrollo (Unfpa). Para alcanzar esta meta se requiere de múltiples estrategias, entre estas garantizar los derechos en salud sexual y reproductiva, lo que en Cuba, deja mucho que desear, ante la escasez o ausencia de métodos anticonceptivos adecuados a cada una de las particularidades. Además, por la falta de centros de atención amigables que permitan satisfacer las necesidades fundamentales en esta área para cada grupo poblacional.
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Otras de las causas, según expresan varias mujeres santiagueras, se debe a la deprimente situación económica que padece el pueblo cubano. Una de las jóvenes mujeres cubanas consultadas expresó “¡Vaya! tener niños como se debe, no, no se puede” asentó.
Mientras otra de las entrevistadas, fue más explícita “es la falta de hogar, hay hacinamiento, a veces viven muchas familias en una casa y eso es un problema. El matrimonio debe vivir solo, muchas familias se forman y no quieren tener hijos hasta que tengan como cuidarlos”. Mientras otra dijo “no hay comida, todo está caro”.
Según el diario oficialista Granma, desde hace más de tres décadas, Cuba no supera más de los 2,1 hijos por mujer, necesarios para alcanzar un necesario reemplazo poblacional.
Redacción Cubanos por el Mundo
