Los tatuadores cubanos desempeña su arte bajo una especie de “limbo legal” ya que su actividad no figura entre la lista autorizada por el régimen cubano para desempeñarse como cuentapropistas.
Por tal razón, los artistas piden a los organismos culturales se les reconozca como exponentes de este tipo de artes y se les agregue a la lista de actividades cuentapropistas.
“Todo el mundo sabe que tatuar no está bien visto ya que no ingresamos entre las categorias permitidas por el gobierno” dice Ailet Duarte, dueña del estudio de Arte Corporal La Marca.”Lo bueno sería que las instituciones culturales reconociera este arte”.
Así mismo pidió a las autoridades de salud a revisar los establecimiento que se dedican al tatuado, para garantizar el bienestar de las personas que acuden a plasmar un arte en sus cuerpos.
“Las organizaciones de salud pública también deben chequear este tipo de técnicas, que den charlas sobre que deben hacer antes de tatuarse o que tipo de enfermedades se pueden contraer si no se cuidan”.
Para Alex González, dueño de otro estudio de tatuado, este trabajo no es “legal ni ilegal”. No es legal porque no existe una licencia de cuentapropista para que los artistas se puedan desempeñar
Y no es ilegal porque algunos no cobran por sus diseños, lo realizan por amor al arte.
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Materiales escasos
Cómo todo en Cuba, conseguir la maquinaria y los insumos para tatuar son escazos dentro de la Isla, por lo que los tatuadores deben ingeniarselas a la hora de hacer su trabajo.
Reinaldo Mojena relata cómo su primera máquina de tatuar salió de manera improvisada. Construida a raíz de materiales reciclados.
“Yo hice mi primera maquina, con motor de grabadora, boligrafo, aguja, todo junto así comencé, hasta que poco a poco, con mi salario, logré comprar mis primeras máquinas”.
Aliet Duarte afirma que “todo tiene que ser original”, por eso los costoso de este tipo de trabajo.
“El material que aquí se usa no se vende en Cuba, todo debe ser importado”.
Aparte de estas complicaciones, los artistas no se pueden promocionar ni ofrecer sus servicios a viva voz o la policía podría decomisarle sus artefactos.
Redacción Cubanos por el Mundo
