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Falsearon certificados de defunción en Cuba para heredar dos fincas

A partir de este miércoles, dos sujetos serán acusados por el delito de estafa, luego de que se apropiaran de dos fincas manipulando documentos públicos de una herencia en Cuba, perjudicando a sus legítimos herederos.

Según informa El País, diario español, los dos sujetos identificados por siglas como F.R.B. y J.M.O.M. afrontan una condena de tres años de prisión, multa de 3.240 euros cada uno y al pago de una indemnización a los afectados cuya cuantía fijará el tribunal en la sentencia.

“Los acusados lograron la inscripción de las parcelas situadas en Santa María de Villestro, Santiago de Compostela” mediante el ardid que supuso la mendaz confección de una declaración de herederos en favor de un tercero realizada en Cuba” en abril de 2002, según expone el fiscal Álvaro García Ortíz.

Con la declaración de las autoridades cubanas, mediante escritura autorizada un mes después en Santiago, los acusados accedieron al registro con esta falsa titularidad, a través del poder otorgado por otra persona que, a todos los efectos, aparentaba ser el legítimo heredero de las propiedades, reseña El País.

Luego decidieron vendérsela a una sociedad de inversiones creada para este fin y de la que los acusados eran titulares, para inscribirla luego en el Registro de la Propiedad. El valor de ambas fincas declarado en la operación fue de más de 69.000 euros.

Los documentos se formalizaron en La Habana, usando a una tercera persona como solicitante e instaron la declaración de herederos, aportando documentación cubana y española manipulada, de manera que se aportaron documentos procedentes del Archivo Histórico Diocesano que no existían.

Además, se falsearon los certificados de fallecimiento de los familiares de los herederos en Cuba y se presentaron otros cuyos datos estaban manipulados, “ocultando intencionadamente los verdaderos” que figuraban en los correspondientes archivos públicos, subraya el representante del Ministerio Público.

Lo que hicieron fue cambiar la fecha de defunción del hombre que testaba en Cuba, J..P.P., y alterar de esa manera la lista de los verdaderos herederos y sus derechos legítimos sobre las dos fincas. En el certificado de defunción del hombre aparecía 1965 como año de fallecimiento, cuando en realidad el óbito se había producido seis años después.

Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de El País

Written by John Márquez

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