“Creo que solo el presidente puede pedir un minuto de silencio”, afirmó la representante del régimen castrista de Cuba, Dulce María Buergo Rodríguez, ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, en inglés), durante una sesión celebrada el viernes, en la que se decidió inscribir a la ciudad cisjordana de Al-Jalil (Hebrón) en su lista de patrimonio mundial, a pesar de los intentos de Tel Aviv en contra de esta decisión.
La vocera de la dictadura castrista, Buergo Rodríguez, acusó a Israel de convertir la sesión “en un circo político” para luego solicitar un minuto de silencio en respeto a todos los palestinos que han muerto en la región.
Esta petición conllevó al enfado del embajador del gobierno de Israel ante la UNESCO, Carmel Shama Hacohen, quien tachó al régimen castrista de “Estado violador de derechos humanos”.
Terminada la votación, el funcionario israelí solicitó a los delegados del comité que, por respeto a las víctimas del Holocausto judío asesinados por el nazismo, se sumen a él levantándose de sus sillas para guardar un minuto de silencio. Una petición que los presentes en la sala accedieron.