“Son rápidos, baratos y muy confiables, mucho mejores que los trabajadores rusos”, así describe Yulia Kravchenko, un ama de casa de Vladivostok, Rusia, a las personas norcoreanas que llegan a la nación por intercambios entre Pyongyang y Moscú
Se estima que entre unos 30 mil y 50 mil ciudadanos de Corea del Norte son enviados a la antigua Unión Soviética por el dictador Kim Jong-Un bajo condiciones de “semiesclavitud”
“No hacen más que trabajar desde la mañana hasta altas horas de la noche”, precisó la mujer.
Los ciudadanos enviados a Rusia son aquellos que se encuentra en situaciones de pobreza y que el régimen norcoreano no vela por ellos.
“Grupos de derechos humanos dicen que este tráfico controlado por el Estado equivale a un comercio de esclavos, pero tan desesperadas son las condiciones en Corea del Norte que los trabajadores a menudo pagan sobornos para ser enviados a Rusia”, precisa el diario The New York Times.
Los norcoreanos son “rigurosamente controlados” y “la mayoría de sus ingresos son confiscados por el Estado”.
Según informes de organizaciones de derechos humanos, el Partido de los Trabajadores de Corea aprovecha el 80% de los salarios de los trabajadores forestales y al menos el 30% de los salarios pagados a los obreros que trabajan en la construcción: dinero que emplean para cubrir los gastos de subsistencia, las contribuciones obligatorias a un llamado fondo de lealtad y otras “donaciones”.
RECOMENDADO: Los esclavos cubanos de la Unión Europea
Esta “estructura explotadora”, según el informe, constituye “una de las causas fundamentales del duro trabajo inhumano de los trabajadores de Corea del Norte en Rusia”.
De acuerdo con estimaciones, las autoridades norcoreanas ganan al menos 120 millones de dólares al año de los trabajadores enviados a Rusia.
Varias sanciones internacionales y una prohibición china de importaciones de carbón norcoreano en febrero redujeron otras fuentes de Pyongyang de ingresos extranjeros. Eso ha dejado a la exportación de mano de obra como una de las fuentes del régimen para generar divisas fuertes.
Los trabajadores de Corea del Norte se ven obligados a vivir juntos y hacinados en dormitorios estrechos en las cercanías de Vladivostok y tienen prohibido el contacto con los rusos y otros extranjeros fuera del trabajo.
A pesar de las circunstancias en las que viven en Rusia, muchos norcoreanos pagan sobornos a los funcionarios del Partido de los Trabajadores para obtener una asignación para trabajar en el extranjero.
Dentro de las obras en las que trabajan los ciudadanos de Corea del Norte se encuentra el nuevo estadio de fútbol en San Petersburgo para la Copa del Mundo de 2018. Al menos un obrero norcoreano ya murió en esta construcción.
Otros dos obreros fueron encontrados muertos en junio pasado en un albergue cercano a su lugar de trabajo: un lujoso complejo de apartamentos en el centro de Moscú.
LEA TAMBIÉN: El comercio de esclavos de doctores cubanos
Similitudes con Cuba
La situación de los obreros norcoreanos es similar a la de muchos médicos cubanos que viven “en condiciones de semiesclavitud”. Muchas veces tienen restringida la libertad de movimiento.
El Gobierno cubano se queda con hasta el 75% de los salarios que pagan los países de destino por los profesionales de la Isla. No obstante, la participación en estos programas es un alivio para los médicos, cuyo salario en Cuba no supera los 70 dólares al mes.
Los abusos y presiones sobre los profesionales de la Salud cubanos han impulsado a miles de ellos a escapar de misiones en el exterior.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de The New York Times