Muchos fueron los sueños que Fidel Castro hundió aquella fatídica noche del 13 de julio de 1994, cuando 72 personas que se encontraban en el remolcador 13 de marzo, fueron lanzadas al mar tras ser embestidas por tres barcos del régimen en su intento por impedir que huyeran de la dictadura.
María Victoria García fue una de las sobrevivientes de entre 41 muertos que hubo en ese momento. Las lagrimas recorren sus mejillas al recordar cómo su hijo se le fué de las manos y murió ahogado.
“En Cuba no teníamos futuro, decidí salir porque quería un futuro mejor para mi hijo”, asegura la mujer. “de la casa salimos 21 personas y fuimos hasta el muelle de salvamento, nos montamos cerca de las 3:30 y salimos rumbo a Miami”.
En su relato, la mujer asegura que tres barcos comenzaron a seguirlos. Sin mediar palabras comenzaron a embestir el remolcador y a lanzar chorros de agua a presión.
“Habían mujeres y niños pero ellos seguían dando golpes. Nunca pensé que el remolcador se fuera a hundir, pero comenzó a llenarse de agua, yo cargué a mi hijo y subía y bajaba”.
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Para sobrevivir tuvo que aferrarse a una señora que los ayudó a mantenerse a flote mientras pedían a sus atacantes que los ayudaran.
“Un remolcador se acercó y nos decían ‘que se mueran’ fue lo que nos dijeron”.
Con ayuda de la señora nadó con su niño en brazos hasta un grupo de personas que se encontraban aferrados a un pedazo de metal que flotaba.
“Me aguanté de la nevera y me cayó todo el mundo arriba. Entonces al caerme todo el mundo se me fue el niño de los brazos, no pude cogerlo”.
Aferrada al metal y llorando desconsolada, María y el grupo de sobrevivientes fueron rescatados por otro remolcador. De allí fue llevada a su casa donde los oficiales le afirmaron que se trató de un accidente.
“Eso no fue un accidente, nos hundieron, los mataron”.
A pesar de no tener a su hijo y a varios de sus familiares, la mujer no se dio por vencida y logró en el año 1999 llegar a Estados Unidos al obtener una visa como refugiada.
Para ella la última imagen que tienen en mente de ese momento fue como su hijo se perdió en las aguas cubanas, producto del odio que generó Fidel Castro en la población.
Redacción Cubanos por el Mundo
