Dicen que en el sexo y el amor todo se vale. La inclusión de juguetes sexuales en las relaciones son para algunos algo imprescindibles, mientras que para otros resulta un tanto extraño.
En Cuba, donde todo escasea o simplemente es incomparable, estos artefactos llaman mucho la atención. En una encuesta realizada por el portal Diario de Cuba, la mayoría de los entrevistados demuestran gran simpatía con el uso de estos aparatos en sus relaciones.
“Es muy importante el uso de juguetes sexuales en las relaciones” asegura una joven cubana de piel morena “la pareja se abre un poco más”.
Para esta joven, el uso de juguetes ayuda a que la relación no llegue a la monotonía y por ende sea mucho más amena.
“Eso amplía más las posibilidades de tu pareja, las expone, se van descubriendo. Es algo necesario” afirma otra joven.
Los hombres por otro lado, se muestran más retraídos al tocar el tema, y es comprensible ya que el uso de estos aparatos es un golpe a su virilidad.
“A mi no me gustaría, aunque entre gustos y colores” asegura un cubano que trabaja como seguridad de un local.
Mientras que otros se animan a esta experiencia, sobre todo los jóvenes.
“Es una opción. El sexo es humanidad”.
Experiencia clandestina
Pero este tipo de juguetes no se venden a la vuelta de la esquina ya que para el régimen cubano, atenta contra la moral y las buenas costumbres. Es por eso que las llamadas Sexshops son clandestinas y debe adquirir los productos a través de terceros.
El precio es diverso y nada barato. Allí usted encuentra vibradores, bolas chinas, arnés, balas vibradoras (para estimular el clítoris), plugs anal, vagina vibradora… De todo, incluso kits de sado.
Los precios oscilan entre ocho CUC (llavero de bala vibradora) hasta 60 CUC (kit de sado). Pero varían según el vendedor.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Diario de Cuba