Cubanos todos, votamos todos. Nombre de un ambicioso proyecto, una iniciativa que ha derivado ahora y tras la unión de varios factores, plantearse el primer ejercicio democrático en 60 años para calentar motores hacia la democracia: una consulta popular cubana. En pleno ejercicio de sus derechos políticos, los cubanos podrían trabajar en lograr el empoderamiento necesario para salir adelante y labrarse paso hacia la democracia, que durante décadas de espera, no llegará desde el otro lado del mar.
En entrevista con Cubanos por el Mundo, Horacio Espino, asesor legal del equipo proponente, quien se encuentra en Estados Unidos desde hace cuatro años, narró como en la unión de las múltiples organizaciones políticas de la isla, habría una oportunidad de oro para envalentonar a la población cubana.
Desde el exilio, Espino confiesa haber visto el amplio abanico de organizaciones, que aunque todos con las mejores intenciones, no logran llegar a una isla que no sólo por su condición geográfica sino por el bloqueo informativo desde el régimen se encuentra en una realidad paralela.
Una interrogante, sería el detonante y el ejemplo latente del pueblo venezolano llevaría a convertir en ocupación a la preocupación. “Si un cubano no tiene derechos políticos para participar en Cuba, de qué me sirve la ciudadanía” lo interrogaba un amigo.
Es allí el inicio de esta historia. “Reclamar esos derechos políticos que no son reconocidos, que merecen reivindicación y conquista, logrando la modificación de la ley electoral” una propuesta aunque ambiciosa, podría ser analizada, más aun tomando en cuenta el proceso de cambio que podría atravesar la isla, ya sin Fidel y con la salida de Raúl Castro del poder.
¿Qué busca la consulta popular?
“Forzar al gobierno cubano para reconocer el derecho al sufragio de los cubanos residentes en el exterior. Prácticamente el 20 por ciento de la población cubana se encuentra viviendo en el exilio y la ley le roba sus derechos políticos”.
Aunque en Latinoamérica pueden haber limitaciones en cuánto al ejercicio pleno de los derechos políticos a los ciudadanos que residen en países distintos al de su origen, asegura que en Cuba la situación es peor pues se practica un “apartheid político”.
“En muchos países de América Latina puede que se restringa la participación en procesos electorales, pero en Cuba, se practica un apartheid político y discriminación ideológica en función del lugar de residencia”
Una demostración de rebeldía ciudadana pero en especial, la búsqueda por consolidar una verdadera unidad de la disidencia, reconociendo que en los últimos años los esfuerzos del régimen cubano han sido para dividir a la población, lograr como define el especialista “una sola nación”.
Las tres preguntas
Usted como ciudadano cubano, mayor de edad, en ejercicio de todas sus facultades, de manera libre y voluntaria, responde que está de acuerdo con:
- ¿El modelo socialista vigente en la República de Cuba?
- ¿La modificación/derogación de la Constitución cubana y cuantas leyes se opongan al ejercicio de los derechos políticos y las libertades fundamentales?
- ¿El reconocimiento jurídico de la propiedad privada, la libertad empresarial y el derecho al patrimonio personal y familiar
Actualmente, al menos un millón y medio de cubanos en el exilio quedarían fuera del próximo proceso electoral, fijado para el 22 de octubre. A propósito de este desconocimiento de los derechos del pueblo cubano, es que se cuestiona el proyecto Cuba Decide, pues aunque celebra su concepción, admite que esta otra propuesta se enfrentaría con la limitante de necesitar el reconocimiento de la dictadura.
“Cuba Decide se enfrenta a la necesidad del reconocimiento del gobierno cubano para poder llevarlo a efectos y con la negativa de muchas organizaciones en el exilio por considerar que eso legitimaría la dictadura castrista. Por eso hemos propuesto esta alternativa, importante y necesaria, una consulta popular, como la han hecho los venezolanos, con tres preguntas que logren aglutinar a todas las fuerzas de oposición, intentar de forma moral, legítima, preparar al pueblo cubano, a un ejercicio cubano, de soberanía, para que el pueblo cubano de forma clandestina, subversiva, rebeldía y el pueblo en el exilio pueda realizarlo como festividad, justicia, alegría, para devolverle al pueblo cubano un sentido de identificación, nación común. Dentro y fuera, devolver la capacidad de reclamar, darle una respuesta a la farsa del gobierno cubano y transmitiendo un mensaje a la opinión pública internacional de los deseos democráticos”.
Un plebiscito vinculante se toparía con este rechazo. No así con una consulta popular, donde sea el pueblo quien se manifiesta, abriendo camino, marcando un precedente.
Haciendo historia
La celebración de una “consulta popular soberana” marcaría un precedente histórico en Cuba. Significaría para un pueblo con al menos 60 años sin ejercer sus derechos democráticos, la oportunidad para hacer un ejercicio de democracia y unidad de la nación. Ambiciosa, una subida empinada pero que podría fijar los cimientos para futuros eventos en pro de la democracia.
“Es una tarea grande, que amerita la unificación de todas las agrupaciones. Incapacitados de lograr un consenso que legitime a las agrupaciones, es necesario concebir una acción en la que por necesidad y compromiso, todos tengamos que unirnos y afrontarla con éxito. Un objetivo común, un ejercicio de soberanía popular, crear una estructura operativa que cree un precedente para afrontar de forma coordinada, futuras batallas y aspiraciones por la democracia en Cuba” confiesa entusiasmado Espino.
Las dificultades podrían estar pero el proyecto está concebido sí y solo si se lleva a cabo dentro y fuera de Cuba. “Tenemos a 40 mil activistas que con buen entrenamiento, con un ejercicio de valentía, esfuerzo, incluso utilizando las TIC, seguramente dentro de Cuba podrían ejercer el voto por 200 mil o 300 mil personas y nos damos por satisfechos, porque sabemos el control, el miedo, además de la falta del entrenamiento cívico democrático que ha permitido romper la tradición democrática del pueblo cubano pero debemos poner en ejercicio la práctica del voto”.
Seguid el ejemplo que Venezuela dio
Al ser presentada la propuesta ante compañeros del exilio la respuesta que se consigue la consulta popular cubana es un “no rotundo”, por el temor especial al asunto logístico que ameritaría un proyecto de esta envergadura.
“La primera reacción cuando nos reunimos con compañeros es un ‘No’ porque conocemos las dificultades logísticas, pero una vez que conversamos sobre los resultados y que confrontamos con la experiencia del pueblo venezolano.
Teniendo la experiencia cercana de Venezuela, donde partidos políticos, sociedad civil y gremios asumieron la organización con limitantes económicas y logísticas y lograron realizarla dentro y fuera de Venezuela, para el proponente está el mejor ejemplo de lo que podría hacerse.
La solución mágica no llegará. “En Florida comenzó a circular una teoría que por donde sale Venezuela, sale Cuba pero no es cierto si nosotros los cubanos no somos capaces de asumir la lucha que han asumido los venezolanos, aprender tanto del pueblo como la dirigencia del pueblo venezolano”.
Redacción Cubanos por el Mundo
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