El régimen cubano parece tener una estrategia para evitar “sorpresas” durante los próximos comicios de 22 de octubre. Los CDR se enfilan para ser el órgano responsable de salvaguardar a la “revolución” y enfrentar el descontento poblacional.
De acuerdo con un miembro de un CDR en La Habana, los organismos deberán realizar reuniones con su membresía en los barrios durante julio y agosto, aclarar dudas sobre las elecciones y garantizar que no haya sorpresivas propuestas de candidatos que no sean los previstos, atendiendo a su “ condición revolucionaria”.
“Acabo de llegar de una reunión donde repartieron todas las tareas que debemos coordinar para elevar el espíritu de la población con vistas a las elecciones. El pueblo tiene que estar contento porque en esta ocasión se elegirá, valga la redundancia, a quienes elijan al próximo presidente”, comentó un coordinador del nivel provincial de los CDR que prefiere pasar de incógnito.
RECOMENDADO: ¿Elecciones libres? Seguridad del Estado detuvieron a candidato independiente
Funcionarios del Partido Comunista y del gobierno están de recorrido por la isla. Se reúnen con militantes y funcionarios locales con el objetivo de asignar las tareas a ejecutar para fortalecer una efectiva respuesta del pueblo. El campo de las ideas – amplía la fuente – continúa siendo el principal frente de lucha.
Entre las labores orientadas a los cuadros y militantes están:
- Revisar el historial, dar fe de idoneidad y capacidad de cada uno de los miembros de la comisiones electorales provinciales, municipales y de circunscripción.
- Visitar los colegios y chequear los documentos, además del material electoral que se va a poner a disposición de cada barrio.
- Revisar que, como base de listado de votantes, se encuentre actualizado el libro de Registro de Direcciones en cada CDR.
- Explicar, razonar y convencer a los votantes confiables de cada localidad, sobre la necesidad de enfrentar con contundencia los problemas originados por alteraciones del orden, o por la acción de miembros de grupúsculos contrarrevolucionarios, financiados desde el exterior, que pretenden empañar el normal funcionamiento del proceso electoral.
- Captar en cada barrio a jóvenes con probado liderazgo para con ellos crear una fuerza de activistas que multipliquen las ideas, impulsen las acciones y comprometan la participación de los miembros de la localidad.
- Coordinar con los representantes de salud pública y transporte; es prioridad poner especial atención en las tareas de higiene y saneamiento con el fin de evitar acumulación de basura por tiempo prolongado en lugares inadecuados.
- Insistir con los delegados en el contacto directo con la población, y estructurar mensajes convincentes, preferiblemente alejado de posiciones políticas.
- Conversar con los votantes para evaluar con objetividad y sentido crítico los problemas locales y determinar con voluntad renovadora las transformaciones políticas necesarias a implementar en cada territorio.
- Trabajar fuerte con los grupos y sectores demográficos con más entusiasmo, para que puedan influir sobre los apáticos e indiferentes.
- Coordinar con los representantes locales de cultura, transporte, vivienda y abastecimiento para vigorizar las condiciones de estabilidad, y asegurar una amplia participación ciudadana.
- Importante e insustituible es garantizar las donaciones de sangre.
- Permitir que los ciudadanos que mantengan una conducta correcta, colaboren para que las elecciones transcurran en ambiente pacífico y participen en el momento del cierre y la apertura de las urnas.
- Supervisar que se cumplan las tareas asignadas, la Ley Electoral y las indicaciones de la Comisión Electoral Nacional.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Martí Noticias