Callar al mensajero pero no al mensaje. Según miembros de la sociedad civil cubana, el régimen de la isla, le tiene miedo a la propagación de mensajes a través de carteles, por lo que encamina sus energías a evitar que se extiendan y a aplicar fuertes castigos en contra de quienes osen desafiar su autoridad.
Miembros de la sociedad civil, sin formar parte de partidos políticos, se valen de este tipo de protesta, para hacer sentir su quebranto en determinadas circunstancias. Un reportaje de Cubanet, recoge como siente la población que es una forma de “manifestar los problemas” y además establecer empatía con quienes no se atreven a alzar su voz.
“Viene un vecino y me dice que no quieren darle la chequera, pues entonces yo me manifiesto para que el gobierno venga y resuelva” comenta Miraisi Marrero, bibliotecaria independiente.
Aunque intentan encarcelarlos para sembrar el miedo, hay quienes siguen adelante, sin temor a las multas o a la cárcel por largos periodos de tiempo. A quien descubran instalando carteles, pueden señalarlos de desacato y desobediencia.
“Al que cojan poniendo carteles de su puño y letra, de 8 a 10 años no se los quita de encima”.
“Que tú digas más comida con menos dinero, das a entenderle al pueblo que tú estás peleando con ellos. Cuando yo empecé tenía tres mujeres, ya somos 12” comenta Marrero.
Redacción Cubanos por el Mundo
