En entrevista con El País de Uruguay, el alcalde cubanoamericano de Miami, Tomás Regalado, aseguró que el programa Peter Pan le había regalado una “nueva vida”. Conversó sobre lo duro que ha sido para el pueblo cubano, vivir durante décadas bajo el yugo de los hermanos Castro.
Regalado y su hermano, formaron parte de los miles de adolescentes de la operación “Peter Pan”, implementada por la Iglesia Católica entre 1960 y 1962
“En abril de 1962 yo tenía 14 años cuando con mi hermano fuimos enviados a Miami. Mis padres me hicieron un gran favor. Por eso siempre digo que yo no fui a Estados Unidos. A mí me mandaron. El proyecto Peter Pan fue algo único en el planeta”.
La dura separación se hizo con la esperanza de que sería sólo un capítulo oscuro que a lo sumo duraría algunos meses. Las vueltas del destino terminaron reencontrándolo con su madre, cuando ya él estaba casado y con hijos.
“Nuestros padres nos dijeron: “No se preocupen, hijitos. Fidel cae en tres meses y van a volver. Los americanos nunca van a permitir un comunismo durante 90 años”. Fue un evento traumático. Mis padres quedaron en Cuba”.
Hijo de un perseguido político – antes y después de la Revolución- agradece a su padre haberlo “desarraigado”, porque así tuvo la oportunidad de comenzar una nueva vida.
“Fue una terapia de choque muy severa. Llegamos sin saber hablar inglés. Con mucho miedo e incertidumbre. Veíamos que unos muchachos salían para un estado donde una familia los adoptaría, y otros hacia otros destinos”.
El reencuentro familiar
“Primero llegó mi madre. Me reencontré cuando ya estaba casado y con hijos. Décadas después. Mi padre fue indultado y pudo salir de Cuba gracias a una gestión del presidente Monge, de Costa Rica”.
Para el alcalde Regalado, lo más lamentable de la tragedia cubana no es la libreta de racionamiento sino la fractura de las familias.
“Lo peor de la tragedia cubana no es la libreta de racionamiento, ni siquiera los cien mil presos políticos. Lo peor es que la sociedad cubana fue fracturada para siempre. Las familias fueron divididas; primero por la ideología, luego por el estrecho de la Florida”.
“Los recuerdos son turbulentos. Mi padre era opositor a Fulgencio Batista. Lo enfrentó como periodista y fue preso. Viví esa etapa. Cuando llegó la revolución en 1959 la gente tenía esperanzas de mejorar. Pero Cuba ha sido una nación de esperanzas pospuestas. Lo primero que hicieron los Castro fue eliminar a la prensa. Era prensa imperialista. Mi padre fue preso otra vez”.
Criticado por haber respaldado la celebración del exilio cuando se conoció la noticia de Fidel Castro, asegura que lo único que lamenta, es que Castro haya logrado morir en una cama y no “pagando” por todo lo que hizo. Desde su forzada salida, nunca más regresó a Cuba, enterrando así su pasado. “La Cuba que yo dejé no existe” argumenta.
Redacción Cubanos por el Mundo
