Un total de 14 cubanos ingresaron a Panamá de manera irregular. Al quedar detenidos por las autoridades los recluyeron en la prisión para extranjeros, en la capital y desde entonces han transcurrido cinco meses. Estos en vista de que no los liberaban y tampoco deportaban iniciaron una huelga de hambre, el pasado miércoles.
Los cubanos recluidos en el penal Altos de Curundú, desde su llegada exigían a los oficiales que les permitieran continuar hacia Costa Rica. Y por otra parte el gobierno panameño no permitió que la Comisión Paz y Justicia de la Conferencia Episcopal panameña, los fuese a visitar en prisión.
Situación que generó repudio, pues el gobierno panameño desde abril declaró tener tolerancia cero con la emigración de cubanos indocumentados.
Por esta serie de arbitrariedades y violación de derechos humanos los privados de libertad iniciaron una huelga de hambre, que tuvo como resultado que el gobierno panameño decidiera deportar a 13 de los 14 a Colombia, país de procedencia.
Oscar Díaz, desertor de la misión medica en Venezuela, contó al diario Martí Noticias que: “nos esposaron y nos montaron en un ómnibus que custodiaron hasta la frontera con Colombia”
Víctor Berrios, director de la Pastoral Social Caritas Panamá, informó que esto “se trata de otra canallada del Consejo de Seguridad de Panamá, el Servicio Nacional de Inmigración y del gobierno panameño”.
Trascendió que la repatriación de otros 76 cubanos que se encuentran en el albergue de Los Planes en Guacala, provincia de Chiriquí costará al gobierno de Panamá, aproximadamente 140 mil dólares, según publicó este viernes el diario La Prensa.
Redacción Cubanos Por el Mundo