El régimen venezolano viene “cocinándose” desde hace 18 años, primero con Hugo Chávez y ahora con Nicolás Maduro como su sucesor. Pero en latinoamérica hay una dictadura que tiene casi 60 años oprimiendo a un pueblo hambriento de libertad, Cuba.
El periodista argentino Andrés Oppenheimer, celebra que los países del continente estén alineados para hacerle frente a esta creciente dictadura militar encabezada por un civil con ínfulas de superioridad, pero critica que no hagan lo mismo con respecto a Castro, quien es la cabeza detrás de todo lo que sucede en Venezuela.
“Los países latinoamericanos merecen crédito por sus recientes denuncias de lo que muchos ya llaman la dictadura venezolana, pero me cuesta entender por qué no hacen lo mismo con la dictadura cubana. Cuando se trata de Cuba, todos miran para otro lado”, dice Oppenheimer en su artículo publicado en El Nuevo Herald titulado “La hipocresía de indignarse por Venezuela, y callar sobre Cuba”
Dicho señalamiento lo hace en referencia a las venideras elecciones en Cuba, donde Raúl Castro controla los hilos del sistema electoral cubano para dar apariencia de democracia.
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En dicho proceso se elegirán los miembros de las asambleas municipales y luego los de la Asamblea Nacional, ente que juramenta al futuro “presidente” de Cuba, pero para el periodista esto es sólo “un sello de goma para ratificar a quien elija Castro. Cuba es una dictadura hereditaria desde 1959, y Castro quiere que lo siga siendo”.
Los favoritas para ostentar el poder tras la salida de Castro son su hijo, el coronel Alejandro Castro Espín, o el actual primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, ambos auténticos “revolucionarios” que prometen seguir oprimiendo al pueblo cubano.
Y es aquí donde el argentino hace especial énfasis, ya que en Venezuela aún se tolera a los partidos políticos a pesar de que se persiga y encarcele a la disidencia, pero en Cuba reina una dictadura de partido único.
“En abierto desafío al régimen de Castro, varios grupos disidentes como Otro18, Cuba Decide, Un Cubano, y el Movimiento Cristiano para la Liberación Nacional presentarán a más de 170 candidatos para las elecciones de octubre. Pero estos candidatos no tendrán acceso a los medios de comunicación –Cuba no permite periódicos, estaciones de radio o canales de televisión que no sean del estado– y muchos de ellos ya están siendo acosados por agentes de la Seguridad del Estado”.
Trump y Cuba “puro teatro”
Oppenheimer se pregunta “¿Por qué no hay una indignación mundial por la dictadura cubana?” insistiendo que las recientes medidas impuestas por Donald Trump fueron “puro teatro” ya que las de mayor peso, aprobadas por Barack Obama, siguen vigentes.
“Trump ha dejado intactos los aspectos más importantes de la normalización con Cuba. No ha cerrado la nueva Embajada de los Estados Unidos en La Habana, ni ha prohibido los vuelos ni los cruceros de Estados Unidos a Cuba”.
Parece redundante, pero tras el retroceso dado por Trump, el comercio y el turismo de Estados Unidos a Cuba sigue floreciendo.
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“En los primeros seis meses de este año, hubo 8,287 vuelos entre Estados Unidos y Cuba, un aumento de 180 por ciento respecto al mismo período del año pasado, según un informe de The Havana Consulting Group”.
El periodista continúa su artículo enumerando los distintos países que siguen haciendo negocios con el régimen castrista mientras que critican abiertamente la dictadura chavista, tal es el caso de la Unión Europea y México por ejemplo.
“Denunciar al régimen de Venezuela es lo correcto. Pero ignorar los abusos de Cuba es moralmente incorrecto, y una hipocresía política” termina Oppenheimer
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de El Nuevo Herald – Andrés Oppenheimer
