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Diplomáticos lesionados: ¿sordera en La Habana y miopía en Washington?

Embajada de EEUU en Cuba | facebook
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Toda enfermedad cuyo principios es brusco, cuyos síntomas persisten con violencia, cuya marcha es, o parece ser, insólita, que sobreviene en circunstancias mal definidas, despierta frecuentemente la idea de un delito”, dijo hace ya más de un siglo el profesor de Medicina Legal Tardieu (1818-1879) advirtiéndonos sobre crímenes “cuya terminación es prontamente funesta,”

Ahora el postulado de Auguste Ambroise se levanta como un reproche. Sólo a principios de agosto, cuando los hechos datan de diciembre de 2016, a condición de anonimato funcionarios del Departamento de Estado se refirieron a “daños auditivos” sufridos por su personal en La Habana, presumiblemente debido a una agresión sonora.

Y la cancillería cubana, quien había guardado silencio sobre la expulsión de dos de sus diplomáticos en Washington, se refirió a “afecciones” sufridas por diplomáticos estadounidenses y sus familiares en La Habana.

Pero el pasado jueves, Heather Nauert, portavoz del Departamento de Estado, dijo en rueda de prensa: “Podemos confirmar que 16 miembros de la comunidad de la embajada (en La Habana) han sufrido algún tipo de síntoma y han sido tratados en Cuba y en EEUU.”

“No todo el mundo mostraba los mismos síntomas. Así que luego de que empezaron a entrar los informes iniciales, demoró un tiempo hasta que se pudiera establecer un patrón,” dijo la portavoz.

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En Nociones de Medicina Legal, al respecto el doctor Francisco Lancís Sánchez dice: “Lo que para algunos no es causa de dolor, para otros es extremadamente doloroso, y forma acusada de esta súper sensibilidad puede ser la muerte por inhibición, producida por un golpe o maniobra desencadenante de un mecanismo neurogénico y psíquico complejo.”

La inhibición es la causa perfecta de la muerte imprevista, al producirse una detención brusca de los mecanismos cerebrales superiores, provocada por diversos estímulos de variable intensidad como la emoción o el dolor, entre otros, que ocasionan la muerte sin que objetivamente pueda apreciarse alteración anatómica alguna.

El corresponsal de la CBS Steve Dorsey, aseguró que esa cadena televisiva ha revisado récords médicos de diplomáticos estadounidenses y canadienses en Cuba, que indican que sus diagnósticos incluyen efectos tan severos como lesiones traumáticas del cerebro.

La etiología médica presupone tres factores: el medio ambiente, el agente y el huésped. La concurrencia de ellos en tiempo y espacio da como resultado una enfermedad o una lesión.

“En la práctica médico forense con frecuencia surge la necesidad de deducir el arma empleada por sus efectos, es decir, por la forma o naturaleza de las lesiones,” dice el doctor Lancís en la obra citada.

“No hemos visto este tipo de actividad (lesiones auditivas) suceder con anterioridad en ninguna otra parte”, afirmó la portavoz Nauert, añadiendo que no se ha ubicado al artefacto ni se ha dilucidado quién es el responsable.

Es infinito el número de medios capaces de producir lesiones. Por su acción traumática se clasifican en tres grupos: los de acción mecánica, radiante y química. Ellos pueden producir efectos de acción local o a distancia.

“Desde el punto de vista cronológico, los efectos pueden ser inmediatos o tardíos, según el momento de su aparición,” dice el doctor Lancís.

“Las funciones básicas de la policía, son: la protección de vidas y propiedades, y el mantenimiento de la paz. Cuando estas tareas esenciales no se pueden realizar en su totalidad, se debe efectuar la labor fundamental: la investigación con el fin de llevar al infractor ante un tribunal,” dice en Investigación de Delitos, Charles G. Vanderbosch, de la Asociación Internacional de Jefes de Policía, División de Normas Profesionales, Washington, D.C.

Recuerda Vanderbosch en su libro el Principio del intercambio de Locard: “Siempre que dos objetos entran en contacto transfieren parte del material que incorporan al otro.”

Pero si el doctor Edmond Locard (1877-1966) afirmaba que “todo contacto crea una traza”, también daba por hecho que, “en toda pesquisa criminal el tiempo que pasa es la verdad que huye.”

Desde la Primera Guerra Mundial el doctor Locard prestó inestimable ayuda el Servicio Secreto francés, al determinar, tras el examen de las manchas en las ropas de los prisioneros (soldados exploradores o espías), el lugar por donde éstos habían transitado.

El lugar del crimen es el punto de partida de toda investigación, y en este caso de los diplomáticos, quizás la escena sea algún lugar en particular de las viviendas de los lesionados. “Sin embargo la escena del crimen, como recurso de investigación, no tiene valor permanente y se deteriora con rapidez,” dice Vanderbosch.

Afirmar o negar sin evidencias que quienes cometieron la agresión son agentes castristas o de una potencia extranjera, poca utilidad tiene sin probarlo.

“La evidencia significa lo que demuestra, aclara o confirma la verdad de cada hecho o punto en litigio, ya sea a favor de una u otra parte,” dice la declaración de Blackstone.

El éxito o el fracaso de una investigación criminalística depende de lo inmediato y completo de la investigación preliminar; que los alemanes dieron en llamar “el primer ataque”.

Pero el tiempo de esa investigación previa, donde debieron formularse hipótesis de carácter general y particular con tareas para corroborar cada una de esas versiones ya concluyó.

Ahora quizás sea difícil encontrar evidencias en la escena de los crímenes, si damos por cierto que los diplomáticos norteamericanos y sus familiares fueron objeto de una agresión.

La investigación forense puede adelantar a través de áreas ingenieras: Acústica, Imagen, Informática y Electrónica suelen desplazarse a un fin único: aunar evidencias aparentemente incongruentes.

Elementos de grabación microfónica y telefonía celular, obtenidos por los servicios de seguridad diplomática, no en tareas de investigación criminal, sino en el cumplimiento de su trabajo cotidiano, si antes fueron tenidos por inconsecuente, ahora puede ser de valor inestimable.

Un “ataque acústico” puede tener su origen ahora. Pero la ingeniería acústica tiene renombradas escuelas en Estados Unidos, Francia, Portugal, España, Inglaterra, Dinamarca, Chile y México. La fonocriminalística, (investigación de sonidos vinculados a delitos) para bien de la humanidad nos asiste desde hace años. Ahora, si en La Habana hay sordera, preciso es que en Washington no haya miopía.

Publicado originalmente en Cubanet

Written by CubaNet

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