Describir el inicio de clases, es referir la renovación de la “tragedia”. Así lo asegura Yanelis, madre de Eddy Alberto, un pequeño cubano que inicia el segundo grado en la primaria Héroes de Yaguajay , en la provincia de Sancti Spíritus, en un reciente reportaje del portal 14 y medio.
“El año pasado estuvieron tres meses sin maestra y según me dijo una auxiliar pedagógica, este año tampoco tienen a nadie fijo. Le van a encargar a la bibliotecaria que les dé clases”, agrega con molestia Yanelis.
Se espera que este 4 de septiembre, más 1.750.000 alumnos comenzarán el nuevo curso escolar en Cuba. Abrirán 10.698 instituciones educativas, pero algunos problemas, como la cobertura docente, siguen arrastrándose de año en año.
Durante 2016-2017, habían 248.438 maestros en las aulas, unos 21.600 menos que en 2008 cuando Raúl Castro se convirtió en presidente.
Según recoge el reportaje, Cuba necesita 16 mil maestros para poder atender el déficit en todas las áreas educativas. Además, entre 10.000 y 13.000 docentes se encuentran en plantilla pero fuera de las aulas por problemas personales o por maternidad, según reconoció recientemente la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, en una entrevista a la revista Bohemia.
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La propuesta de la ministra para atender el éxodo de docentes ha sido: la contratación de profesores, la reincorporación de jubilados y utilizar alumnos de la enseñanza universitaria como profesores en otros niveles. También asegura que el ministerio ha creado “un sistema de estimulación moral” para los docentes. Algunas provincias, como Guantánamo y Santiago de Cuba, enviarán maestros a otras donde la necesidad es apremiante, como Matanzas y La Habana.
Pero hay una realidad. A la llegada de Raúl Castro la poder, cuba disminuyó considerablemente el presupuesto del Ministerio de Educación, cayendo cinco puntos porcentuales los gastos en Educación desde el 14,1% en 2008 al 9% en 2017, tal y como aparece recogido en la Ley del Presupuesto aprobada el pasado enero por la Asamblea Nacional. Durante este período también se cerraron 1.803 escuelas, según cifras oficiales.
“El problema es que nadie quiere ser maestro porque pagan muy poco y explotan mucho”, dice Yanelys.
Durante el año pasado, el Ministerio de Educación anunció un aumento de sueldo de unos 200 pesos para aquellos maestros que tuvieran más carga docente. Aún así, el salario medio de un profesional de la educación ronda los 533 pesos, un poco más de 20 dólares al mes.
Esta disminución de recursos repercutió de inmediato en la calidad del sistema educativo. Según la ministra, más del 20% de las instalaciones escolares están en un estado entre regular y malo.
La falta de estímulo para estudiar magisterio ha sido reconocida por las mismas autoridades, que vieron con estupor como solo 58 estudiantes de preuniversitario optaron por tres carreras pedagógicas universitarias de más de una veintena que se ofrecían en la provincia de Cienfuegos.
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