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Jugar en el Cristóbal Labra es duro para los peloteros cubanos

Para los peloteros cubanos en la 57 Serie Nacional de Béisbol en Cuba, jugar es maravilloso hasta que toca hacerlo en el parque Cristóbal Labra

Para los peloteros cubanos en la 57 Serie Nacional de Béisbol en Cuba, jugar es maravilloso hasta que toca hacerlo en el parque Cristóbal Labra, los jugadores deben perder hasta su día de descanso cuando viajan al estadio.

Pasada la una de la madrugada del miércoles último, Andy Rodríguez ya no asimilaba las bromas de sus colegas. Tras medio día de viaje desde Sancti Spíritus el serpentinero de los Piratas pineros estaba completamente agotado.

Rodríguez, derecho pinareño de casi dos metros de estatura y 26 años, lleva dos temporadas en la Serie Nacional, ambas con Isla de la Juventud, y asegura que los constantes viajes para jugar en el parque Cristóbal Labra son un duro escollo.

Para nosotros es muy complicado porque salimos y entramos de la Isla constantemente. Se acumulan los recorridos por carretera y después en el catamarán”, precisa Rodríguez, de poca experiencia en la nave de José Luis Rodríguez Pantoja.

El martes la novena salió desde Sancti Spíritus al mediodía, llegaron a Batabanó a las seis de la tarde y allí esperaron casi cuatro horas para cubrir el tramo marítimo de 109 kilómetros en catamarán.

Si nos vamos de día, perfecto, pero cuando nos coge la noche, como el martes, todo se altera, pues la fecha que se supone sea de descanso la empleamos casi completa en el traslado”, afirma Pantoja, timonel de los Piratas

Esta problemática siempre ha existido y no tiene que ver con la organización del campeonato, sino más bien con las disponibilidades del transporte de pasajeros. Lo cierto es que todos sufren el trayecto, como explica el lanzador pinero Adrián Caraballo.

Los contrarios, como no están adaptados, a lo mejor pasan más trabajo cuando vienen al Labra, pero es duro para todo el mundo. Nosotros con el tiempo nos hemos acostumbrado

Unas 12 horas después de desembarcar en Nueva Gerona, Jorge Jhonson, sin camisa tras culminar un breve calentamiento, dice que no entiende cómo los peloteros de la Isla pueden adaptarse a tantos viajes, de aquí para allá y de allá para acá. “No sirvo para nada, hoy no sirvo para nada”, asegura el patrullero izquierdo de los Leñadores tuneros, quien durmió unas escasas cinco horas.

Por su parte, Yosvany Alarcón no duda al decir que los peloteros de la Isla son los mejores de Cuba.

Cualquier equipo solo hace este viaje una vez en el año, pero ellos lo hacen prácticamente todas las semanas, con los mismos problemas de comer en la carretera y a destiempo, sin obviar la tremenda incomodidad y la espera en Batabanó. Ese esfuerzo es digno de admirar y respetar

Con información de Swing Completo

Written by Paola Hernández

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