La administración Trump decidió suspender las posibles sanciones a Venezuela debido a que eso podría reducir dramáticamente el suministro de petróleo al país y por ende generar una crisis en medio de la devastación causada por los huracanes Harvey e Irma.
De acuerdo con fuentes familiarizadas al tema, Trump quiere poner mano dura al régimen madurista, pero sin que esto afecte a los conductores estadounidenses, dijo un ex funcionario del Consejo de Seguridad Nacional.
Al parecer, el equipo del republicano quiere ver cómo la última ronda de sanciones afecta a Caracas. Y antes de imponer sanciones al sector petrolero venezolano, Washington también necesita determinar cómo ello afectaría a los consumidores de gasolina y al sector del crudo en Estados Unidos, que todavía no se ha recuperado del impacto de Harvey e Irma.
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“Lo que tenemos que observar es cómo las refinerías de la región responden a los daños y qué significa eso para los precios en Estados Unidos”, aseguró un funcionario.
Washington aumentó la presión sobre Venezuela el mes pasado con las penalidades más fuertes impuestas desde que Nicolás Maduro impuso una nueva Asamblea Constituyente que le robó la autoridad a los legisladores elegidos democráticamente.
Las sanciones más recientes bloquearon la capacidad de Venezuela de pedir préstamos a instituciones estadounidenses y prohibieron que Citgo, la filial estadounidense del monopolio estatal petrolero PDVSA, enviara dividendos al país.
“No estamos contentos con la situación en Venezuela”, dijo el alto funcionario del gobierno. “Nuestro objetivo es restaurar la democracia. Eso lo hemos dejado en claro”.
Hasta el momento, Trump no pretende aplicar la llamada “opción nuclear”, que son sanciones directas al sector petrolero venezolano que significaría el fin del efectivo al régimen bolivariano.
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Michael McCarthy, investigador en el Centro de Estudios Latinoamericanos de la American University, dijo que los huracanes subrayaron aún más el costo potencial de esas sanciones para Estados Unidos, algo contrario a la plataforma “Estados Unidos primero” de Trump.
“Esas refinerías van a perder parte de su capacidad y Venezuela es un importante cliente de esas instalaciones”, dijo McCarthy. “Esos son ingresos seguros [para Venezuela] desde hace mucho tiempo, a pesar de la escalada de las tensiones políticas. No es algo que quieren ver implementado”.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de El Nuevo Herald
