La crisis venezolana abarca cada sector comercial en Venezuela. La mala administración aplicada por el régimen bolivariano, llevó a una de las empresas más lucrativas del mundo, PDVSA, a prácticamente operar a su más mínima expresión.
En estos momentos, el país con las mayores reservas de petróleo del mundo tiene en puerta una crisis de gasolina, ya que las refinerías no lograr procesar el crudo extrapesado por falta de mantenimiento.
En regiones andinas como el estado Táchira, es habitual perder horas al día tratando de abastecer gasolina.
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Desde el año 2016 salió las denuncias respecto a la realidad operativas de las refinerías en el país, las cuales en su mayoría están paradas y las que aun funcionan han estado operando al 50 por ciento de su capacidad. La importación de gasolina es cada vez mayor.
“No hay inventario, esta vez la situación está más grave. Deberíamos tener inventario para unos 15 días de consumo nacional y si tenemos para dos, es mucho”, declaró a principios de 2017 Iván Freites, líder sindical petrolero.
La realidad actual de PDVSA es mucho más crítica que hace unos meses. A la mínima producción de combustibles para consumo interno, se le suma que el Departamento del Tesoro de EE.UU. incluyó el pasado mes de julio al vicepresidente de finanzas de PDVSA, Simón Zerpa Delgado en la lista de personas sancionadas, por lo que muchas entidades financieras dentro de EE.UU. o con intereses financieros dentro del grande del norte, así como empresas del sector energético, se han abstenido de mantener relaciones comerciales con PDVSA por temor a ser asociadas con Zerpa y por ende, sancionadas.
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Para complicar más el panorama, la crisis económica venezolana imposibilita la capacidad de pago para contratar envíos de combustible y productos afines. Casi ninguna empresa otorga créditos a PDVSA, por lo que exigen pago de contado, cosa que para Venezuela es prácticamente imposible en estos momentos por su alto nivel de deuda internacional y la incapacidad de pago.
El mejor ejemplo de ello, es al menos dos docenas de buques que se encuentran en la isla de Curazao a la espera del pago respectivo y proceder a descargar combustible en Venezuela. Algunos de ellos están incluso tratando de re negociar sus contratos con PDVSA para destinar la carga a otros clientes y así minimizar las pérdidas que genera la espera por PDVSA y sus pagos.
Redacción Cubanos por el Mundo / Leer el artículo completo en El Ají
