Natalie Vanderstay, de 43 años, es una de las sobrevivientes del tiroteo en Las Vegas. Sobre una cama de hospital, en el University Medical Center contó a un grupo de reporteros el momento de terror que vivió en cuestión de minutos, y confesó con los ojos llorosos que “no estaba lista para morir”.
La enfermera recibió un disparo en el estómago, uno en una pierna y otro rasante en el cuello. Con las heridas sangrentes corrió en busca de refugio, mientras que las detonaciones, los gritos, los llantos y la oscuridad de la noche la enloquecían.
Recuerda agobiada que durante su escapatoria tuvo que pisar a otras personas, incluso aún con vida. Asegura que ese recuerdo “me perseguirá para siempre. Pero no estaba lista para morir”, reseñó el Nuevo Herald.
La mujer llena de tristeza relató que luego de haber salido de la calle Strip de Las Vegas se encontró de frente con un taxi que estaba ocupado. Les abrió la puerta desesperada y les indicó que había recibido un balazo. Los desconocidos al ver su estado la subieron al vehículo y la llevaron rápidamente al único centro de trauma de nivel 1 del estado.
Como Natalie otras 500 personas resultaron heridas y 59 fallecieron en el lugar a causa de la lluvia de balas que Stephen Paddock disparó desde el piso 32 del hotel-casino Mandalay Bay, protagonista en el cuarto festival de música country que se celebraba al aire libre, el pasado domingo en la noche.
Redacción Cubanos Por el Mundo
