El aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, está colapsado de viajeros. Han llegado tres vuelos de distintos países y aún esperan en colas ser atendidos, en la Aduana de la Terminal 3.
Este retraso se debe a la cantidad de gente que llegó con mercancía como televisores, aires acondicionados, útiles de cocina, cauchos y otras cosas que no se hallan en la red de tiendas cubanas.
El proceso de revisión ha sido intenso y por ende hasta un
poco lento, al punto de irritar a los viajeros que no poseen esa cantidad de equipaje y que tienen que esperar su turno.
Uno de los pasajeros procedente de Holanda reclamó que “cómo es posible que luego de 10 horas de vuelo, tengan que ser castigados con esta espera tan prolongada para ser requisados por la Aduana”.
Los oficiales aduaneros son rigurosos al revisar bultos y
maletas, mientras que en otra mesa dos oficiales cuentan exhaustivamente las prendas de vestir. Situación incómoda, debido a que para muchos “estos no tienen derechos a esta
r contándonos cuanta ropa o no traemos. Seguro lo hacen para decomisar más de la mitad, pues son muy extremistas cuando lo hacen y por eso el trámite es lento”, dijo otra pasajera.
Sobre esta situación la resolución aduanal número 207 del 2014 establece que los pasajeros mayores de 10 años tienen derecho a importar hasta 125 kilómetros de mercancías desglosadas en misceláneas (alimento, calzado, confecciones, bisutería, perfumería, similares), o efectos electrodomésticos, artículos duraderos, partes, piezas y similares, por un valor en Aduana de 1000 pesos.
A demás de la impaciencia por la espera a los presentes les agobia el calor que hace dentro del aeropuerto a causa del aire acondicionado dañado.
Por su parte los trabajadores del terminar, bajo el anonimato tam
bién se quejan de las condiciones “nefastas” en las que tienen que laborar. Aseguran que desde “hace casi dos años estamos trabajando en pésimas condiciones. El problema lo hemos planteado en las reuniones sindicales y aún no obtenemos respuesta”.
Los empleados detallaron que en la estructura solo funcionan tres delas seis escaleras mecánicas y dos de 10 ascensores que prestan servicio. Sin contar las carencias de agua y gel de manos para la higiene, confirmó Cubanet.
La espera se hace intensa y estresante para los viajeros quienes ni siquiera se pueden tomar o comer algo por la insuficiencia de cafeterías dentro del terminal aéreo.
Desde su inauguración, el 26 de abril de 1998 por el ahora fallecido Fidel Castro y el exprimer ministro canadiense Jean Chrétian, la Terminal 3 es gestionada por la Empresa Cubana de Aeropuertos y Servicios Aeronáuticos S.A. (ECASA).
A mediados del año pasado el periódico Granma informó sobre la concesión para la ampliación y gestión del Aeropuerto José Martí a reconocidas firmas francesas. En aquel entonces el viceministro de Transporte, Eduardo Rodríguez, aseguró en conferencia de prensa que la decisión “permitirá elevar la calidad de los servicios y perfeccionar las operaciones de la instalación por la que ingresa a Cuba más del 50 por ciento de los pasajeros internacionales”, destacaba el diario comunista.
Pero un año después, los problemas se acrecientan.
Redacción Cubanos Por el Mundo
