Alejandro Francisco Acevedo de 81 años, tenía la costumbre de esperar a su nieta Brittany Casaus en el frente de su casa todos los miércoles. Pero luego de dos semanas sin ver a su abuelo, la mujer comenzó a extrañarse y la preocupación se apoderó de ella.
Acevedo, oriundo de La Habana, desapareció misteriosamente sin dejar pista alguna, como si se lo hubiese tragado la tierra, informa el diario El Nuevo Herald.
Su nieta contó al rotativo, que la última vez que lo vio fue el 20 de septiembre cuando, como todos los miércoles, lo fue a buscar al efficiency en el que vivía en una comunidad cerrada de Hialeah.
Ambos fueron luego al supermercado para hacer las compras semanales y cuando se despidieron, Casaus recuerda que se dijeron como de costumbre “hasta la próxima semana”.
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Cuando Casaus regresó el miércoles siguiente, 27 de septiembre, no lo encontró esperándola. Ella recuerda que se bajó del carro y empezó a tocar a la puerta que da a la sección de los cuartos alquilados de la casa, pero nadie respondió.
La mujer de 24 años asumió que quizás su abuelo se había quedado dormido o había salido por su cuenta. Se fue entonces sin mayor sospecha.
Pero cuando a la siguiente semana, Casaus regresó y no lo volvió a encontrar, supo que algo andaba mal. Condujo de inmediato al supermercado al que siempre iban y le mostró la fotografía de su abuelo a los empleados, quienes lo reconocieron pero aseguraron no haberlo visto en varias semanas.
Casaus entonces acudió desesperada a la policía. Unos agentes la acompañaron a la residencia de su abuelo para buscar alguna información, pero lo que hallaron en el cuarto dejó a la nieta y a sus familiares aún más preocupados.
La habitación estaba completamente vacía. “Ni una media estaba en el cuarto”, exclamó la mujer que se pregunta angustiada “¿cómo un anciano de 81 años se iba a mudar solo?”.
Para aumentar la desesperación, Casaus contó que la propietaria de la casa asegura no saber nada de Alejandro Acevedo, ni haber escuchado que el anciano se estaba mudando, o lo iba a hacer.
Desde entonces, el celular del anciano se encuentra desconectado.
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Casaus asegura que su abuelo es un hombre reservado pero lúcido, sin amigos ni historial de desaparecerse sin notificar a sus familiares. Trabajaba en una empresa de telas, pero se retiró hace varias décadas.
Acevedo tiene tres hijas, cinco nietos y una bisnieta.
Si sabe algo sobre el paradero de Alejandro Acevedo, sus familiares le ruegan que llame al 911 para dar la información.
Redacción Cubanos por el Mundo