Cientos de damnificados cubanos permanecen en sus deterioradas viviendas, arriesgando sus vidas, porque no quieren irse a un albergue público debido a las infrahumanas condiciones en las que se encuentran desde hace años. La mayoría de los afectados habitan en casas a punto del colapso en localidades de Centro Habana y Habana Vieja, informa el portal Diario de Cuba.
“Prefiero morirme bajo los escombros de mi propia casa”, exclamó una vecina de nombre Eleonora a un medio local, cuando se le consultó sobre su negativa a mudarse a un refugio público.
El paso de Irma a principios del mes pasado remató muchas de las deterioradas estructuras, afectadas por más de medio siglo de pobreza.
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Ante la posibilidad de acomodar a los damnificados en locales desocupados una fuente oficial que pidió no ser identificada, considera que éstos tampoco poseen condiciones para las familias, con señales claras de deterioro.
“Se está estudiando habilitar locales vacíos para convertirlos en albergues temporales. Pero muchos de estos lugares también están en malas condiciones por los años que llevan cerrados, aunque están mucho mejor que las viviendas más dañadas. Lo que pasa también es que hay empresas, como las militares, que se niegan a ceder algunos de sus locales”.
Décadas de colapso
Los cubanos aseguran que los albergues están llenos y no brindan condiciones adecuadas para vivir dignamente. Muchas familias los habitaban mucho antes del paso de Irma, se dice incluso que alguno llevan décadas esperando porque el Régimen nunca les solucionó su problema habitacional.
“En los albergues la gente vive hacinada, sin condiciones higiénicas, sin esperanza de salir de ahí en los próximos 15 años. Desde hace mucho los albergues están en su punto de caramelo, con protestas incluidas. Cuando entras ahí caes en el olvido, como si no existieras”, confesó Eleonora
Redacción Cubanos Por El Mundo
