Ahmad Khan Rahimi, de 29 años de edad y nacido en Afganistán, fue condenado este lunes a cadena perpetua tras los ataques perpetrados en Nueva York y New Jersey el pasado 17 de septiembre del año 2016. En el suceso al menos 30 personas resultaron heridas, reseña el sitio web de Telemundo 51.
“El veredicto de hoy es una victoria para la ciudad de Nueva York, una victoria para Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo y una victoria para todos los que creen en la causa de la justicia. Los crímenes de odio de Rahimi se han cumplido con una justicia rápida y resuelta”, declaró mediante comunicado el Fiscal General interino de Estados Unidos, Joon H. Kim.
Según expusieron las autoridades Rahimi se consideraba “un soldado en una guerra santa contra los estadounidenses” y se inspiró en el grupo del Estado Islámico (ISIS) y en Al Qaeda para llevar a cabo los ataques en Nueva York y Nueva Jersey.
Fue declarado culpable de todos los cargos en su contra. La defensa dijo que apelará. En su argumento final, el asistente del fiscal general, Emil Bove, describió una cantidad muy grande de evidencia que apuntaba a Rahimi.
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Sus huellas dactilares y su ADN fueron encontrados en las bombas en los ataques del pasado 17 de septiembre de 2016.
Videos de cámaras en la zona del atantado captaron desde muchos ángulos cuando el sentenciado trasladó las bombas en maletas por las calles de Manhattan y también capturaron la explosión en la calle 23 en Chelsea que causó heridas a 30 personas. La segunda bomba no detonó.
Dos bombas
La primera bomba, escondida cerca de un gran recipiente de basura, provocó una explosión que lanzó por lo cielos el contenedor de 100 libras (45 kilogramos), destruyó ventanas, dispersó trozos de metal y causó que la gente gritara y huyera del área.
Una bomba en la calle 27 fue descubierta y desactivada antes de que pudiera explotar. Al día siguiente, un hombre indigente y su amigo alertaron a las autoridades después de que encontraran una mochila que contenía bombas más pequeñas en un bote de basura cerca de una estación de tren en Elizabeth, Nueva Jersey.
Redacción Cubanos Por El Mundo
