El sueño “ahogado” de un disidente cubano en Miami que vive bajo un puente

Orlando Fundora Álvarez y Yolanda Triana solo se tienen el uno al otro. Su hogar es una camioneta azul estacionada debajo del puente grande que va a Key Biscayne, en Miami. Les funciona como casa rodante desde hace siete meses, reseña Diario Las Américas.

Antes de terminar allí, el matrimonio vivía en un apartamento que le otorgaron a Fundora bajo la modalidad “Moderate Rehabilitation Program”, popularmente conocida como Sección 8. Reunía todos los requisitos.

Hasta que tuvo que subir y bajar varias veces hasta un tercer piso sin ascensor.

Fundora padece una enfermedad que limita sus esfuerzos físicos. Mientras para una persona común subir tres pisos es una actividad sencilla, para el cubano  supone una tarea titánica que pasa por lastimar su débil corazón.

Por eso, se movieron del inmueble. Los primeros tres meses los pasaron en un albergue del condado Miami-Dade. Las normas estrictas de estos lugares quebraron la dinámica cotidiana de la pareja.

“No podía tomar siquiera los medicamentos en hora, pues Yolanda es quien me asiste en todo y ella estaba ubicada cerca, pero en otro recinto” explica Orlando.

Lo incluyeron al final de una lista de espera donde estaban otras 30 personas con situaciones delicadas. Esperan lo mismo: una casa.

Según Annette Molina, portavoz del Departamento de Vivienda Pública y Desarrollo Comunitario del Condado, una sección 8 no es lo mismo que un plan 8, por lo que Fundora aplicó para un plan que tienen limitaciones.

“Existe una lista de espera importante para solo 1.900 viviendas viables” contabiliza Molina.

Ahora, Orlando y Yolanda recorren a pie dos kilómetros para asearse en un baño público destinado a bañistas. Ni siquiera van juntos porque deben vigilar las pocas cosas que les quedan.

Para la mujer, el camino no supone mayor dificultad. Sin embargo, para su esposo, es una hazaña en la que arriesga su vida. Esos dos kilómetros al día se traducen para él en dos horas de angustiosa caminata que hace con un desfibrilador cardioversor implantado en el pecho.

Su salud le complican varias lesiones coronarias graves que lo llevan al hospital constantemente. En los últimos diez años ha entrado y salido de centros asistenciales quince veces, en promedio.

¿Qué dicen las autoridades de Miami?

Tomás Regalado, alcalde de Miami, conoce la situación de Fundora y Triana. Se enteró gracias a la difusión del caso por medio de las plataformas de Facebook de Diario Las Américas, Cubanos por el mundo y el popular programa Hola! Ota-Ola!.

En el programa, conducido por el cubano Alex Otaola, adelantó posibles soluciones. Pero aún ninguna se concreta. Ante la pregunta sobre cuál es la situación de Fundora, Regalado afirmó en vivo en el programa que:

“De hecho, estarían bajo el puente o estaban bajo el puente hasta hoy”.

Pero ya ha pasado una semana y el matrimonio sigue a la intemperie.

Regalado llegó a activar a dos equipos, uno de atención a veteranos y a otro de atención a personas desamparadas. Pero nadie se presentó a ver a la pareja de esta historia.

Regalado había dicho al respecto:

“Usualmente, cuando tengo un caso de alguien que dice estar sin casa, inmediatamente el equipo de Sergio Torres, coordinador de Servicios para los Desamparados de la ciudad de Miami, intenta buscar a estas personas, sobre todo cuando son frágiles, son personas mayores o tienen niños” aseveró.

Y fue así: el equipo de Torres los localizó por teléfono para informarles de la posibilidad de volver a un albergue mientras desde la Alcaldía se les encontraba una solución.

Trámites que se “ahogan” en burocracia

“A veces tenemos que ir hasta donde hay un fax, no tenemos conocimiento de los trámites, la documentación está en inglés y nadie te explica nada” argumenta Yolanda Triana para mostrar cómo la “burocracia sin alma” se “come” los sueños de los cubanos exiliados en Miami.

El portal web  comprobó cada uno de los trámites realizados por la pareja bajo una asesoría restringida. No hay ley ni estatal ni federal que impida que los funcionarios del Departamento de Vivienda Pública y Desarrollo Comunitario del Condado de Miami-Dade se tomen en serio casos como este.

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El alcalde de Miami también mostró especial preocupación por este tipo de casos en que todo parece muy claro, pero que a la hora de la verdad nadie arrima el hombro simplemente porque no se han creado las condiciones desde los estamentos público, privado y sin ánimo de lucro.

“Yo creo que es necesario que, además de los mecanismos oficiales, deben existir otros servicios que puedan atender este caso. Hay que tener una conversación más amplia en el que participen millonarios, mecenas, entidades, porque mañana nos encontramos a dos personas y hacemos lo que hay que hacer, porque son desamparados, pero no tenemos organizaciones que atiendan a los patriotas llegados de Cuba, estos casos tan especiales” fueron sus palabras.

Poco se sabe de sobre el funcionamiento del Servicio a Desamparados de Miami-Dade. Quienes viven en la calle no poseen computadoras ni celulares, tampoco las herramientas sociales  para acceder a un servicio público en condiciones.

Por declaraciones exclusivas del propio alcalde Regalado se confirma que el sistema de viviendas públicas del Condado de Miami-Dade atraviesa una crisis a lo que se le suma una lista de espera de 51.000 necesitadas.

Investigación conjunta de Diario Las Américas, Cubanos por el Mundo y el programa “Hola! Ota-ola!”.