El escrito cubano Rolando Sánchez Mejías no pudo realizar el viaje que planeaba a Cuba, para visitar a su madre, luego de que el régimen no habilitara el pasaporte para su ingreso. Según declaró Sánchez a Diario de Cuba, al parecer es una persona “no grata”.
Pedí la entrada para ver a mi familia y al parecer me han declarado persona non grata. Comencé los trámites hace unos meses en el consulado de Barcelona. Parecía casi un hecho (el viaje) al menos por la parte consular, pero Emigración (desde Cuba) no me habilitó el pasaporte, explicó el escritor
El cubano es Premio Nacional de la Crítica de Cuba en 1993 y 1994 y fue fundador, en 1993, en La Habana, del grupo Diáspora(s), así como de la revista del mismo nombre.
Planeaba viajar a Cuba luego de veinte años para visitar a su madre quien se encuentra “en una etapa final” explicó el propio escritor.
Mi madre está, digamos, en un periodo de finalización y quería verla. No era para ir de viaje a Cuba
También agregó que la causa para negar su ingreso la desconoce ya que la cónsul en Barcelona le dijo que “ellos no dan ningún tipo de justificación. Sencillamente esa es la respuesta: que no puedo entrar a Cuba. Es un no y ya”.
La habilitación del pasaporte es un trámite que permite al régimen negarle a determinados cubanos la entrada a su país. Aunque el Gobierno anunció que iba a eliminar la solicitud de este permiso para los emigrados, esta medida no se aplicará a todos.
Pagando un castigo
Sánchez considera que le negaron la entrada al país a dos posibles causas: un “castigo” del régimen o el requisito de “un pacto” con las autoridades culturales de la Isla.
Yo pensaba que ya habían pasado 20 años y que ciertas cosas ya se habían aligerado, pero no. Lo que yo preveo es que tenga mucho ver aún con todo por lo que yo salí de Cuba: la revista Diáspora(s), que siempre les hizo poca gracia a ellos; (…) la carta abierta que publiqué en El País en 1996 en la que hablo de ciertas condiciones de la censura y coloco a Fidel Castro como el responsable
Además del “castigo”, señaló que la otra justificación que encuentra a esta negativa radica en “que tenga que pactar algo con ellos, con las instituciones culturales. Pedirles permiso”.
Se trata de ver hasta qué punto te puedes humillar, hasta qué punto uno cede: como han cedido bastantes cubanos, artistas plásticos y escritores que han vuelto (a Cuba) pero bajo determinadas condiciones. Esta es la tesis por la que me inclino. Pero yo no soy persona que se presta a ese tipo de jueguitos, afirmó
Redacción Cubanos por el Mundo