Con la pierna oscura puesta sobre una silla y sentado frente a su casa en pésimas condiciones, es como Andrés Domínguez recibe a un grupo de periodista que llegó a su hogar para retratar su condición de vida.
Este ex preso político, que durante años lucho contra el castrismo, asegura sentirse abandonado. Su pierna presenta una rara enfermedad llamada linfagitis, que es la inflamación de los vasos linfáticos, y los médicos no han podido contenerla y revertirla.
“Llevo cinco meses en esto y voy de allá para acá. Los médicos de la familia me dicen que me tienen que hospitalizar, pero cuando voy al hospital me dicen que yo no amerito ingreso”, dice Domínguez con cara de pesar.
El hombre pertenece al Frente de Acción Cívica Orlando Zapata Tamayo.
Los medicamentos ya no le hacen efecto, ya que necesita drogas más poderosas que sólo pueden ser suministradas en los hospitales.
“Si no es en los hospitales no recibo tratamiento. Entonces ¿si no me ingresan quien me pone los medicamentos? En las farmacias no se consiguen y en la “shopping” hay pero allí se pagan en dólares”,
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Arremetida
Para Domínguez, lo que hacen los médicos es una especie de castigo por ser opositor y quieren darle larga a su enfermedad para sólo cortar su pierna.
“Lo que yo tengo metido en la cabeza es que están dando tiempo a que la pierna no tenga remedio para que me la corten y terminen conmigo”.
Este hombre asegura sentirse en el piso. “Estoy moralmente mal. No tengo las posibilidades de proveerme yo mismo lo que necesito”.
Para él, la palabra “pobreza” se ve refleja en su estilo de vida y critica que el régimen intente desviar la atención de las precarias condiciones en las que viven los cubanos.
“Yo veo viviendas en los llamados ‘países del tercer mundo’ que dice el régimen y veo que están mejor que la mía, entonces ¿dónde vivo yo? ¿cómo puedo llamar a esto?. Yo lo defino como extrema pobreza”.
Redacción Cubanos por el Mundo