Una joven cubana de 16 años, ciega de nacimiento, se mantiene firme en la conquista de sus sueños. Desde muy pequeña, Ilienis Morales Jiménez, oriunda de Camagüey, logró superarse pese a los obstáculos físicos, emocionales y al abandono del régimen socialista de Cuba. Quiere ser fisioterapeuta.
“Quisiera ser fisioterapeuta, porque esas personas ayudan a rehabilitar a otras que no pueden caminar o tienen otro problema. Pueden enseñarles que aunque ellos sean discapacitados no son diferentes a los demás”, explicó Morales en una entrevista concedida al medio Adelante.
Su máquina de Braille, dañada hace tres años, no la detiene hacia su objetivo de graduarse de bachiller. Ahora ingresó al pre-universitario en el centro mixto Máximo Gómez, donde se destaca en casi todas las materias, exceptuando química y matemáticas, que le son más difíciles de manejar con la “regleta” que emplea para tomar sus notas.
“Se me forma reguero con la regleta para hacer los cálculos y las fórmulas químicas. Las máquinas son muy caras y por el embargo no se pueden comprar en Estados Unidos”.
Es una de las dos alumnas ciegas totales que este año han conseguido entrar al preuniversitario (pre) en toda la provincia cubana.
Limitación Vs. Voluntad
Sí no fuera por la determinación de esta joven cubana, no hubiese podido escalar en su nivel académico. Luego de que su máquina Braille se daño cuando cursaba el séptimo grado, ha tenido que escribir en clases usando una regleta.
Eso implica que para hacer cada letra tiene que ir punto por punto formándola, hasta conseguir una palabra, mientras que con la máquina basta con apretar una tecla para hacer una letra. El sistema Braille le permite leer lo que va escribiendo pero con la regleta está obligada a sacar la hoja.
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Es una ciega a la cubana. No emplea ningún tipo de ayuda como bastón ni gafas de sol. Es totalmente independiente. Sus profesores destacan de ella que es buena alumna, capta con rapidez y es ágil escribiendo.
La maestra de apoyo que tiene Ilienis, Dunia Agramonte Herrera, reconoce que en Camagüey hay pocas opciones por las que pueden optar los niños ciegos cuando acaban noveno grado.
Redacción Cubanos Por El Mundo