Bienvenido Acosta Lobaina, cubano de 53 años con movilidad reducida, no la tiene fácil. Vive solo en un humilde solar, ubicado en Tenerife, entre Carmen y Rastro, en Centro Habana. Desde allí nos cuenta cómo se las ingenia para sobrevivir sin la ayuda de ningún ente oficial, reseña Cubanet.
La “revolución de los desamparados” no le ha ayudado ni con empleo, ni vivienda, ni con medicinas, ni siquiera con una silla de ruedas que le facilite su lucha diaria por sobrevivir.
“No les importa que no tengo pies y que ahora casi me estoy quedando sin brazos. He planteado esto a todas las autoridades pertinentes y nada, no me hacen caso, creo que ellos prefieren que me muera para salir de mí”.
Bienvenido tiene una bacteria alojada en su organismo que ha sido la causante de la amputación de sus pies, una pierna y varios dedos. Según él mismo narra lo están “cortando a pedacitos”, condición que está agravada por la insalubridad en la que vive, puesto que al llover la fosa que está debajo de la casa, se desborda y contamina todo a su paso.
“Cuando yo tengo que recoger toda esa suciedad en jabas de nylon con un recogedor y una escoba, hasta los pelos de la cabeza se me paran y me da un dolor en el cerebro, porque el microbio que yo tengo en el cuerpo con la suciedad se revuelve y comienza a atacarme”.
Trabajo duro
Bienvenido, afectado también por la diabetes, se levanta desde muy temprano para tostar el maní que, con mucho esfuerzo, envuelve en papel en forma de conitos, mejor conocidos como cucuruchos, los que vende mas tarde en los alrededores del Capitolio, a un peso cada uno.
En muchas ocasiones es detenido por la policía por la venta ilegal de sus creaciones artesanales de maní. El cubano devenga una pensión por Seguridad Social, de 147 pesos mensuales, con la cual debe pagar agua, corriente eléctrica, gas y su alimentación, que debido a su enfermedad es bastante costosa. Entre la escasez y la falta de dinero, poco puede hacer para comprar los tratamientos y paliativos de su enfermedad.
Sin respuesta oficial
Tramitó desde 2012 la solicitud de vivienda ante el Gobierno Provincial, donde también solicitó una silla de rueda, en vista de que la tiene está oxidada y le cuesta moverla en detrimento de su delicada condición física. En todo momento, las autoridades le prometieron que lo ayudarían, le expresaron que le otorgarían una vivienda, que solo debía esperar unos meses, pero la espera continúa.
“Son unos mentirosos, aquí cualquiera es dirigente. El presidente del Gobierno Municipal se me esconde cuando voy a verlo, le dice a la recepcionista que me diga que está trabajando fuera del centro y es mentira, entonces me voy al Consejo de Estado y a todas las instituciones de Cuba y es por gusto”.
Redacción Cubanos Por El Mundo
