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¿Ser dueño de una embarcación en Cuba? prohibido para los cubanos

Yates en Cuba
Yates en Cuba / Foto: Cortesía

Podría sonar banal o superficial, pero ¿quien no sueña tener lujos y disfrutar de riquezas fruto de su trabajo?. Viajar o ser dueño de un yate, es un privilegio posible para algunas personas en el mundo, excepto para el cubano que reside en la Isla.

Pese al anuncio de voceros del régimen, quienes aseguran que desde enero se permitirá el ingreso y salida a Cuba en naves de recreo, la medida sólo autorizará el uso de embarcaciones de motor a cubanos residentes fuera de Cuba, o sea, los que traen dólares.

Según un análisis de Alberto Méndez Castelló, en Cubanet, la prohibición a los cubanos residentes en la Isla, de entrar o salir de ella a bordo de embarcaciones de recreo, es una bofetada a la dignidad de los cubanos, que aunque no es nada nuevo, molesta que se modifique la norma para diferenciar entre unos y otros, según el capricho y la conveniencia de la dictadura.

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Sólo cubanos visitantes

La diferencia entre los que viven en el extranjero y de los que permanecen en Cuba, para efectos del régimen cubano, seguramente está asociada a una repercusión monetaria, en vista de la actual crisis económica que enfrenta Raúl Castro.

Las declaraciones dadas por el coronel Víctor López Bravo, jefe del departamento nacional de Capitanías de Puertos de las Tropas Guardafronteras del ministerio del Interior, a una televisora local, indicaron que desde enero será posible que cubanos que viven en el exterior viajen a bordo de embarcaciones de recreo a través de las marinas turísticas Hemingway y Varadero.

“Los cubanos residentes en Cuba no pueden utilizar embarcaciones que se emplean para el turismo internacional”, admitió López Bravo.

Para Méndez Castelló “quizás la prohibición más denigrante para los cubanos no sea abordar una embarcación de recreo para salir y entrar a Cuba, sino para navegar en su propio país”.

“Parece inaudito, pero el pisoteo a la dignidad humana de los cubanos a manos del régimen castrista no terminó cuando les permitió hospedarse en hoteles destinados en exclusiva a los turistas extranjeros”.

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Ellos sí pueden

El escritor lamenta el contraste que existe entre estas arbitrariedades oficiales y las excentricidades de los allegados al Régimen, quienes han tripulado yates de recreo desde el propio año 1959 cuando tomaron el poder por la fuerza de las armas y hasta el día de hoy, como únicos caudillos del régimen castrista.

Un festín reservado para familiares, personeros y toda suerte de invitados internacionales, que no han dejado de surcar los mares con sus embarcaciones festivas en más de medio siglo de injusticias hacia su pueblo.

“Oiga, yo llevo 20 años de patrón de un barco de la pesca (estatal), y mi sueño es tener mi propio barco, a mi gusto; pero creo que nunca podré realizar ese sueño, porque siempre me dicen en la capitanía del puerto que no, que no se puede”, se lamentó un pescador profesional que añora poseer una embarcación de recreo propia.

Triste realidad

De esta manera, habrá que imaginar cómo se sentirá un cubano residente en el exterior, al llegar a su país el año próximo y no poder convidar a algunos de sus seres queridos que viven en la isla a un paseo en yate, que aunque pudiera pagárselo, el Régimen no se los permite.

Así se les ha ido la vida a centenares de cubanos, que nacieron en medio de la más grande mentira de igualdad social prometida por los Castro, y que ha robado los sueños, por pequeños o grandes que fuesen, a miles de almas en Cuba.

Redacción Cubanos Por El Mundo

Written by Karelis García

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