Al mejor estilo de las dictaduras comunistas, el régimen cubano utiliza el trabajo forzado como una arma de represión a los ciudadanos que se atreven a ir contra sus demandas. Tal es el caso del pastor Ramón Rigal Expósito, quien a sus 44 años de edad, debe cumplir una condena de “un año de trabajo correccional sin internamiento y prisión domiciliaria”.
En una publicación de Martí Noticias, se relata cómo la dictadura castigó, arcaicamente, la decisión del pastor de no permitir el adoctrinamiento de sus dos hijos en escuelas cubanas. La condena fue dictada en abril luego de someterlo, junto a su esposa, Adya Expósito Leyva, a un juicio.
Los padres, líderes cristianos, habían resuelto educar a sus hijos de forma online, en el Colegio Hebrón, una institución cristiana con sede en Guatemala, que se ofreció a suministrarles todo el material de apoyo necesario, además de las clases vía Internet, para que pudieran estudiar.
A partir de ese momento comenzó una verdadera pesadilla para la familia, quienes han sido blanco de amenazas y persecución por parte del régimen y su estructura represora.
Ataca a la moral
Rigal debe cumplir su condena. Cada día sale a realizar actividades diversas que le desagradan pero echa mano a su fe para no desmayar ante la maldad de la dictadura.
“Uno se siente avergonzado, porque lo que han querido es humillarnos. Pero este fue el legado que el Señor nos dejó: que por causa de nuestra fe y nuestros principios íbamos a padecer”.
Ninguno de los padres está arrepentido, pese a sus duras labores, de negarse al adoctrinamiento de sus dos hijos, de 7 y 11 años, respectivamente.
Seguirán luchando por inculcarles los valores y la fe que hoy los mantiene irreverentes a las injusticias de un régimen afanado en subsistir a costa de la pobreza, de la desidia y del sometimiento de miles de cubanos.
“Realmente me siento incómodo, molesto, humillado por ellos, pero al final estamos cunmpliendo el propósito, que es que los niños no sean adoctrinados en el sistema escolar cubano, y están recibiendo una beca muy profesional”.
Redacción Cubanos Por El Mundo