El plan de una madre para salvar a su hijo enfermo es digno de admiración. Camelia Luque López tiene pensado subastar su uno de sus riñones para conseguir el dinero que necesita para cubrir el tratamiento de su hijo José, quien tiene menos de un año de vida por culpa de un glioma del tallo cerebral infantil.
El diagnóstico del pequeño de 133 años se traduce en un tumor cancerígeno conectado a la médula espinal, detrás del cuello, que altera ambos hemisferios de ese órgano y el sistema nervioso, reseña la web del Canal 44
José comenzó con fiebre, vómitos, caídas repentinas y cansancio extremo. A partir de marzo bajó más de 10 kilos, desarrolló estrabismo en el ojo izquierdo, la boca se le empezó a enchuecar, la mitad del cuerpo a paralizar y presentó hidrocefalia, por lo que fue necesario incrustarle una válvula para sacar el líquido. También sufre episodios inesperados de ira caracterizada por gritos y golpes.
“Yo antes no era peleonero, ahora cambié; me enojo y no sé por qué, quiero saber qué me enoja. Quiero crecer y convertirme en doctor para ayudar a otros niños como yo”, dijo José en entrevista.
NOTICIAS RELACIONADAS: Madre de estadounidense acusada de espionaje le pide ayuda a Trump “antes de que sea un cadáver más”
Un año de vida
Los médicos que han tratado a José aseguran que el tumor es uno de los más agresivos, complejos y raros, con mal pronóstico e imposible de operar que hayan visto.
“Los médicos me dijeron que no es posibles operarlo. Un pediatra lo único que me dio fue una estampa de San José, que encomendara a mi hijo a él porque es muy milagroso”, aseveró Luque López tras detallar que esa sugerencia la recibió de un especialista en pediatría del Hospital General Zona 32.
La única esperanza de la madre es la a Asociación Mexicana de Asistencia a Niños con Enfermedades Catastróficas (Amanec), en Monterrey, donde podrían tratar al menor, pero le sale en más de un millón de pesos.
“Tendría que mudarme a Monterrey, pero me aclararon que se trata de un tratamiento muy costoso, de más de un millón de pesos, y que lo iba a valorar allá trabajo social. Yo no tengo ese dinero, mi casa no lo vale y si salgo a botear no lo juntaría, es muy poco el tiempo que tengo… Por eso me dije: ‘Bueno, ¿qué tienes? Un riñón, estás bien, pues hay que venderlo”, refirió la madre de 39 años.
Vender órganos en México es ilegal, pero la mujer asegura que ya ha recibido ofertas.
“Hasta ahorita llevo 16. Hay de Estados Unidos, Guerrero, Ciudad de México, Guadalajara, Mazatlán, Guamúchil, Sonora y Guasave”.
El plan de esta madre es arriesgado, pero la hija de su hijo lo vale todo.
Redacción Cubanos por el Mundo