Una mujer identificada como Julia Poff, ha sido acusada por las autoridades de un tribunal en Houston por presuntamente haber planificado un magnicidio contra el entonces presidente Barack Obama, en octubre del año pasado. La sospechosa habría enviado varios paquetes-bombas que no pudieron ser detonados.
Según información de EFE, la mujer envió al menos tres paquetes, de acuerdo a las investigaciones adelantadas por los detectives a cargo del caso. Los atentados pudieron haber matado a Obama, e incluso, al gobernador de Texas, Greg Abbott.
RECOMENDADO: ¡IMPERDONABLE! Terroristas amenazan al papa Francisco con decapitarlo a través de una imagen
Abbott llegó a recibir uno de los paquetes con explosivos en su interior, pero el dispositivo no estalló debido a que no lo abrió de la manera en que estaba previsto que lo hiciese, según la acusación oficial. Hubo un tercer paquete que la acusada envió a la Administración del Seguro Social y que tampoco fue abierto.
Antes de las elecciones
Los atentados fueron realizados en octubre del año pasado, a pocas semanas antes de las elecciones presidenciales en las que sería elegido Donald Trump como sucesor de Obama.
Según reportes oficiales, la mujer podría haber realizado los ataques fallidos por su molestia ante las autoridades federales, estatales y del Seguro Social debido al pago de una pensión y porque se le había negado una subvención oficial.
Descubierta
La evidencia encontrada en los explosivos del atentado llevó a los funcionarios policiales tras la pista de Poff. En los paquetes estaban incluidas una cajetilla de tabaco y el tapón de un pomo.
Los detectives determinaron que el paquete de cigarrillos se había comprado en una gasolinera cercana a la casa de la mujer, en Brookshire (Texas), a unos 50 kilómetros de Houston, y que el tapón correspondía al pomo de una salsa para ensaladas que, según los investigadores, Poff había comprado para una “cena de aniversario”.
DE SU INTERES:Citan a reportero por incidente durante visita de Obama a Cuba
La prueba definitiva fue un cabello adherido en la etiqueta de uno de los paquetes-bomba, en concreto el enviado a Obama, que resultó pertenecer a uno de los gatos de la mujer.
Redacción Cubanos Por El Mundo