Cuba celebra hoy elecciones para elegir delegados locales, algunos de los cuales llegarán a los ayuntamientos o incluso se convertirán en legisladores nacionales. En la mayoría de los centros de votación, los votantes elegirán entre dos o más candidatos, todos jurando apoyar las políticas del gobierno nacional.
Las urnas se abrieron a las 7 a.m. el domingo en los 12,515 colegios electorales en todo el país, informó el periódico oficial Granma en línea.
Si bien el Partido Comunista no nomina directamente a los candidatos, ha servido como escudo para evitar que los candidatos de la oposición aparezcan en las papeletas en todo el país. Alrededor del 10% de la población adulta pertenece al único partido político permitido.
Las campañas electorales, consideradas un vicio de las democracias occidentales, no están permitidas en Cuba, ni los debates sobre las cuestiones que afectan a la comunidad, las causas y las posibles soluciones. Se da por hecho el apoyo de los candidatos al gobierno liderado por Fidel – y ahora Raúl Castro – y al sistema económico y político (“La Revolución”).
La única razón para elegir un candidato sobre otro es quién es mejor para llevar a cabo las directivas y objetivos del Partido. Aquellos que buscan ser delegados solo publican su biografía y una pequeña foto en algunos edificios locales para que los votantes elijan.
La falta de entusiasmo por estas elecciones ha crecido a lo largo de los años, ya que los delegados, sin importar cuán bien intencionados sean para resolver los problemas de sus comunidades, carecen de poder o acceso a los recursos.
Estos representantes llevan las quejas a los ministerios del gobierno y a las empresas estatales y luego informan a sus vecinos, que esperarán una respuesta positiva, a veces por varios años o hasta décadas. Lo más fácil de obtener es la frustración y por esa razón muy poca gente quiere asumir el rol del delegado.
El voto no es obligatorio en Cuba, pero es muy alentado por el Partido Comunista y sus organizaciones de masas como señal de apoyo al gobierno y sus políticas.
Via: Havana Times