Las festividades públicas en honor al fallecido dictador Fidel Castro tuvieron un punto de interés distinto al que se esperaba. Y es que su hermanito Raúl, no acudió a los actos programados, generando gran incertidumbre entre los presentes y la prensa.
De acuerdo con el portal Martí Noticias, el acto central de la celebración, llevado a cabo en la escalinata de la Universidad de La Habana, estuvo encabezado por el primer vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, cuando normalmente debería hacerlo el presidente.
Esto divisa aún más, que Díaz-Canel estaría siendo preparado para ser el sucesor en el escalafón dictatorial de Cuba.
A pesar de la ausencia de Raúl Castro, sí estuvo presente en el homenaje su hijo, el coronel Alejandro Castro Espín, que pertenece al círculo de confianza del dictador y dirige el departamento del Ministerio del Interior que controla la inteligencia y contrainteligencia del país.
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Muchos analistas opinan que Castro Espín será una figura influyente en la sombra cuando su padre deje el poder. El delfín lideró las conversaciones secretas con Estados Unidos antes de anunciar el deshielo diplomático.
La prensa oficial desplegó sus portadas y escasos espacios para recordar la “desaparición física” del dictador cubano, sin mencionar las palabras muerte o fallecimiento.
En consignas y carteles, el gobierno hace énfasis en que “el comandante en jefe” sigue vivo en la memoria de sus seguidores, en una especie de intento de resurrección de su imagen que contradice una ley vigente en la isla en contra del culto a la personalidad.
Fidel Castro falleció el 25 de noviembre de 2016, a los 90 años de edad, tras una década apartado del poder.
Redacción Cubanos por el Mundo
