El hombre cubano se caracteriza por ser caballeroso, atento, educado y de lanzar piropos adecuadas a las cubanas. Sin embargo con el paso de las generaciones, estas cualidades se han ido perdiendo en la sociedad, por lo que “halagar” a una dama se ha convertido en un espectáculo de obscenidades inimaginables.
De acuerdo con un reportaje de Martí Noticias, piropear a una cubana ya está dejando de ser un gesto de galantería para convertirse en una forma de acoso sexual, según alegan las propias encuestadas.
“Te dicen perra en la calle, como si fueras un animal”, dijo sonriendo Daniela Cabrera Miranda. “Después de todo hay que reírse, pero las ganas de virarse para atrás y contestarle y meterle un gaznatón nos sobran”, agregó.
Su amiga, Gabriela Rodríguez, asegura que la falta de respeto en la calle en asombrosa, y no importa la hora o el lugar.
De acuerdo con el video, muy cerca del Puerto de La Habana un joven fisgón intenta elogiar a una dama que pasa, pero su piropo se pasó de la raya.
“Coño, tremenda cola, ñooo. Qué cantidad de curvas mama, yo no tengo frenos, se me acaba la gasolina”.
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Régimen se hace eco
Este tema, cómo muchos del ámbito social, llegó hasta las altas esferas del régimen cubano, quien se dice llamar defensor de la sociedad. El portal CubaSí publicó hace tres años un reportaje que tituló “Dime un piropo y te diré quién eres”, donde critica la obscenidad contenida en algunos de estos pretendidos halagos.
“Uno mira para un lado, trata de evitarlo incluso si andan (con ropa) muy corta o enseñan mucho como que (los hombres) se ven tentados, pero imagínese usted si uno tiene que estar midiéndose en la forma que uno se viste para que no se meten con uno”, comentó Katlyn Machado López.
La joven admitió que algunos hombres se justifican:
“Mira cómo ella anda, si anda así es porque quiere que se metan en ella”.
Lo que ocurre en la isla coincide con una campaña mundial que celebró el pasado sábado el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la Mujer.
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Frenar hechos de violencia machista, defender a las víctimas y castigar a los responsables es una necesidad que alcanza a países como Cuba, donde persiste el mal pese a que el gobierno comunista decretó la igualdad de oportunidades y derechos hace más de medio siglo.
Según la ONU, el 35 % de las mujeres del mundo han sufrido violencia física o sexual por parte de su compañero sentimental o violencia sexual por la de otra persona en algún momento de su vida.
Redacción Cubanos por el Mundo