in ,

Campesino mayaricero: “Lo de nosotros es pasar trabajo y después morir”

Campesino Mayaricero ordeñando una vaca en su conuco/ Captura de pantalla
Campesino Mayaricero ordeñando una vaca en su conuco/ Captura de pantalla

La vida del campo es dura, mucho más si se es jubilado y cubano. Desde un humilde conuco, un anciano que dedicó su juventud trabajando para la industria del niquel, lucha contra la inseguridad, la falta de recursos, la burocracia oficial y el cansancio, para sobrevivir a cada día. No espera nada de nadie, trabajar hasta la muerte es lo único que lo mantendrá vivo, confesó el campesino mayaricero Luis Torres a DiariodeCuba.

“Esto no mejora ni en 1.000 años. Esa esperanza hace tiempo que la perdimos. Lo de nosotros es pasar trabajo y después morir, eso fue lo que nos tocó”.

Así es como, con machete en mano, madruga todos los días, para sembrar yuca, maíz, boniato y algunos frijoles, y con eso se ayuda para cubrir gastos básicos. Tiene animales que cuidar, aunque sea una misión esclavizante, puesto que ante el acecho de los ladrones, debe permanecer vigilante a todo momento.

“Es que roban demasiado. Con los animales te acechan hasta que te dan el golpe. Hace poco me mataron un buey en la corraleta y se llevaron dos piernas del animal. Menos mal que nos despertamos; si no, me los matan todos”.

Otras entradas

Al momento de jubilarse quedó percibiendo una pensión, que según precisó, sólo le alcanza para el café que cuela cada mañana. Vendiendo un poco de leche de sus vacas gana 20 o 30 pesos diarios para cubrir gastos del día. El anciano hace lo que puede y aunque ha querido producir tabaco, los engorrosos trámites que exigen, aunado a la necesidad de vigilar a los animales, lo hicieron desechar esa idea.

“Quería meterme en el tabaco, pero yo tengo animales que debo cuidar de los ladrones. Y para eso hay que hacer demasiados papeles y dar mil viajes a la empresa. Yo veo a un vecino que no para en la finca, tiene que ir hasta tres veces para que le vendan lo que le toca. Imagina si dejo a mis animales solos para hacer cola en el pueblo, en el banco o en la empresa”.

Burocracia y corrupción

Torres también descartó producir tomate, puesto que además de ser muy costosas sus semillas, existe mucha corrupción a todos los niveles. Está convencido que no es una labor posible para un humilde labrador como él. Mientras tanto, sigue arreando a su ganado, arando su tierra, colando su café, con la única certeza de que vive para trabajar, sin más esperanza que la de levantarse cada mañana.

“Uno vota y no sabe ni por quién. Hay que votar porque hay que ir, pero la verdad es que eso es por gusto. El delegado no manda ni siquiera aquí en el barrio y no tiene ningún recurso para resolver los problemas. No tenemos caminos y solo le responden que no hay recursos, para que él nos lo diga a nosotros. Todo es un cuento chino”.

Redacción Cubanos Por El Mundo

Written by Karelis García

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Fábrica de helados Coppelia/ Foto: Gramma

MININT detecta fuga de amoníaco en fábrica de helados de Camagüey

Declaración de la Embajadora Nikki Haley sobre la situación en Venezuela

EEUU: “Sí hay una guerra, el régimen norcoreano será totalmente destruido”