Más de 10 años tenía Brasilia pagándole a La Habana por la producción de eritropoyetina o epoetina alfa, una vacuna para el tratamiento de la anemia asociada a la insuficiencia renal crónica, hasta que el ministro de Salud de Brasil, Ricardo Barros, informó que rompería el contrato farmacéutico.
“No había razón para comprar de Cuba un medicamento que se produce en Brasil, a un precio que era el doble de lo que pagamos actualmente”, aseguró Barros durante una audiencia pública en la Cámara de Diputados.
El negocio era así: la empresa cubana Centro de Inmunología Molecular (CIM) producía las vacunas y la empresa brasileña Bio-Manguinhos que es una unidad de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) la envasaba.
Traspaso
La Fiocruz tuvo 12 años para aprender a hacer la medicación. No lo hizo porque estaba dedicada a hacer su mínima cuota para procesar el producto; mientras que cumplía el propósito de transferir recursos al régimen cubano. Ahora el gobierno de Brasil empezó a comprar las vacunas a proveedores brasileños que producen la vacuna en el país.
NOTA RELACIONADA: Cuba endurece reglas y recorta beneficios a médicos en Brasil
En 10 años Brasil le pagó a Cuba casi 600 millones de dólares a razón de este contrato. Con esta ruptura el país se ahorrará 150 millones de dólares anuales.
“Comenzamos comprando cada ampolla a 25 reales (unos ocho dólares).Luego el precio se redujo a 15 reales (unos cinco dólares). Ahora las conseguimos a 11 reales (unos tres dólares”, sostuvo Barros.
En la última década, la presidencia de Brasil estuvo ocupada por aliados de La Habana; Lula da Silva y Dilma Rousseff. En materia de Salud, una de los mayores programas entre ambos gobiernos es Mais Médicos, por el cual La Habana desde 2013 envía profesionales al país sudamericano. El Gobierno cubano se embolsa cerca del 75% del monto del salario de estos médicos, según reseña Diario de Cuba.
Redacción Cubanos por el Mundo
2 Comments
Leave a Reply