Mientras el hambre devasta a las familias cubanas, el régimen invierte en ciencia. Ahora creará modelos científicos para “vaticinar el momento aproximado, lugar y concentración” de derrames de petróleo. Así como “los daños” que podría ocasionar a la isla; según reseña EFE.
Y es que para La Habana, antes que el bienestar del pueblo está el reconocimiento científico mundial e incluso las acciones en contra del cambio climático provocado por el imperio.
Científicos del Centro de Meteorología Marina del Instituto de Meteorología informaron que el proyecto presentado en el IX Congreso Cubano de Meteorología se llama Petromar. Fue diseñado para proteger el archipiélago cubano y su área geográfica cercana.
Amílcar Calzada, uno de los autores de la herramienta, informó que Petromar sería un buen asesor a la hora de “tomar acciones preventivas”. Además para “mitigar la magnitud de los impactos” en zonas marítimas de importancia económica, ambiental o turística.
Sin rastro
La isla no ha sufrido graves desastres ecológicos de este tipo en su historia reciente. Ante eso muchos pueden preguntarse por qué se invierte en este tipo de tecnología. La inversiones pudiesen ayudar más si se destinan a las necesidades del pueblo.
Ciertamente por su posición frente al Golfo de México y en el mar Caribe, donde existen plataformas de extracción de crudo, pudiesen presentarse novedades con algún barco cisterna con toneladas de petróleo. Sin embargo, las probabilidades son lejanas.
Al parecer las prioridad del régimen está en el mar o en sus orillas y no en las comunidades.
Reubicación
La pequeña comunidad costera de Palmarito en Júcaro, Ciego de Ávila, fue reubicada hacia tierra adentro en noviembre como parte de programa Tarea Vida. El programa busca evitar que cubanos estén expuestos a fenómenos meteorológicos.
En octubre fue el pueblo camagüeyano Puerto Piloto. Así seguirán las localidades ubicadas al sur de las provincias de Artemisa y Mayabeque. También el litoral norte de La Habana y su bahía. Varadero y sus corredores turísticos, y los cayos de Villa Clara, Ciego de Ávila y Camagüey. Todos están en la mira.
La excusa del régimen para trasladar pueblos hacia tierra adentro es el cambio climático, pero casualmente estos asentamientos se ubican cerca de grandes hoteles donde se concentra la principal actividad turística del país. Estas grandes instalaciones no han sido notificadas ni han recibido solicitud de traslado, hacia tierra adentro.
Redacción Cubanos por el Mundo