El español Diego Velázquez de Cuéllar, primer gobernador de Cuba, y agrupado entre los Adelantados de la corona por estar cumpliendo una labor específica de parte de su país, era el dueño de la que es hoy, la más antigua casa de la isla y una de las más viejas de Latinoamérica convertida en museo.
Su valor histórico ha trascendido porque al ser construida entre 1516 y 1530 ha servido perfectamente para asentar en ella un singular museo del Ambiente Histórico Cubano, según un especial publicado por Xinhua Net.
El imponente inmueble, está ubicado a uno de los lados del cuadrilátero que conformó la antigua Plaza de Armas, hoy el céntrico Parque Céspedes, corazón de Santiago de Cuba cuidad que cuenta con casi medio millón de habitantes.
En sus salas se ofrece una cronología del arte colonial, desde el Siglo XVI hasta el XIX, que permite entender las historias del mueble en Cuba, los ambientes domésticos y las decoraciones interiores en cada etapa.
Velázquez murió en esa casa en junio de 1524, después de fundar varias de las primeras villas coloniales en la isla, entre ellas, en 1515, a Santiago de Cuba.
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El inmueble tomó singularidad cuando el historiador Francisco Prat Puig, un español asentado en Santiago de Cuba, inició una campaña para restaurarlo y montar el museo a partir de 1970.
“Este es un inmueble de mucha importancia por su antigüedad”, comentó a Xinhua la directora de la institución, Leisys María Yaquet, una discípula de Prat graduada de la especialidad de Historia del Arte en la Universidad de Oriente.
En el inmueble se destacan los techos muy decorados, que muestran un laborioso trabajo, además de los muros conformados por sillares, elementos que sólo aparecen en esa vivienda. Una de sus peculiaridades está en una tronera que se encuentra en el área más vieja de la casa , donde previsiblemente dormía el conquistador español, pues esa tronera no era más que una vía de escape autorizado por la corona española sólo a los llamados Adelantados.
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La tronera ubicada en una esquina de la segunda planta, está orientada hacia el sur y desde allí se controla la cercana bahía, lo que le otorga al inmueble un indudable sentido militar.
En esa fortaleza, estuvo asentada la Casa de Contratación, donde la corona controlaba el comercio entre España y Cuba, y la fundición de oro, un horno donde se procesaba el mineral extraído de las minas de la cercana cordillera, nombrada en la actualidad como Sierra Maestra.
El museo, que es visitado como promedio por unas 500 personas cada día, conserva elementos de la carpintería original y sus grandes ventanales aún permiten observar el constante ir y venir de los santiagueros.
“La importancia de este museo es por un lado histórica, ya que fue el lugar donde vive y gobierna Diego Velázquez de Cuéllar, y por otro cultural, pues es un exponente genuino de la arquitectura morisca en Cuba”, afirmó Yaquet.
La singular casa ha resistido al paso del tiempo, para dejar constancia física de la huella de la colonia española en la isla y permite comprender, además, la relación histórica entre La Habana y Madrid.
Redacción Cubanos por el Mundo
