Hay camas acondicionadas y espacios alejados de los pasajeros donde las azafatas descansan. La ubicación es variable y depende del modelo del avión. El sitio web Taringa revela que “habitualmente está encima del área de la primera clase, detrás de la cabina de los pilotos“.
Estas áreas están especialmente en los Boeing 777 y 787, con un número variable de camas, el cual depende del tamaño del avión y puede llegar hasta 10, reseña el portal.

“El acceso a este lugar está oculto detrás de una puerta que se abre usando una clave secreta y para seguridad del personal de las aerolíneas se debe usar una contraseña que sólo manejan los tripulantes de cabina y los pilotos”
Una azafata entrevistada por el DailyMail comentó que en el Boeing 747 las camas son tipo literas y “en el 777 se siente como si estuviera en un ataúd”.
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Contó además que están equipadas de manera muy simple: Algunos tienen televisiones, pero que son muy pequeños, “más pequeño que el iPad mini”.

Muchas veces pueden ser “claustrofóbicos y muy poco placenteros si estás pasando por una fuerte turbulencia“.
Pero Dan Air agrega un dato más: en esos lugares “pasa mucho más” que simplemente dormir.
Redacción Cubanos por el Mundo.