Desde el 2014 los pequeños y medianos agricultores cubanos luchan con el caracol gigante. El régimen, que dice que la plaga afecta a menos del uno por ciento de los sembradíos cubanos, ha asegurado que no hay productos químicos para mantenerla a ralla.
Una de las plagas agrícolas más fuertes y perjudiciales en Cuba, parece que llegó para quedarse, cuando un residente lo introdujo en la isla desde Nigeria, burlando los controles aduanales, para utilizarlo en actos religiosos, de acuerdo con el reporte de Martí Noticias.
El primer brote fue en La Habana, en la barriada Puey del municipio Radio Naranjo, pero tres años después se reportan focos en las provincias de Artemisa y Mayabeque.
Desespero
Campesinos denunciaron la falta de dotación de productos químicos y asesoría por parte de las autoridades sanitarias en contra del caracol gigante africano.
“La plaga es incontrolable. Terrible la presencia en frutas, vegetales. Girasol, lechuga, hortalizas, plátano, lirio, azucenas, lo que sea se lo comen. Es insoportable la vida cuando tenemos que sacar a mano cada ejemplar de caracol”, aseguran los afectados sin identificarse.
Denuncian que Sanidad Vegetal informó que “no había nada en el mundo que mataran al caracol gigante” y que no ha visitado los poblados afectados.
“Vino por las alcantarillas y se metió en los lugares húmedos”, explicó un campesino quien lo calificó como “un ejército de caracol africano”.
Redacción Cubanos por el Mundo
