Pedro Pablo Peñaloza, periodista venezolano especializado en la fuente política, hace un esbozo de la situación venezolana.
En su último trabajo interpretativo y de opinión publicado en Diario Las Américas el periodista venezolano especializado en la fuente política, Pedro Pablo Peñaloza, hace un esbozo de la situación venezolana de cara a entrar en el año en el que deben hacerse elecciones presidenciales.
El experto cita al sociólogo Luis Gómez Calcaño para decir que “la Venezuela de hoy está firmemente controlada por una estrecha alianza entre la Fuerza Armada y la izquierda marxista”, al tiempo que recuerda que la facturada MUD ha declarado que escogerá a su candidato presidencial en primarias, pero siguen sin definir la fecha de la consulta ni saber quiénes podrán aspirar.
Para desarrollar la interpretación de su artículo, Peñaloza toma las palabras del sociólogo Jesús Seguías quien afirma que “ya colapsó todo el andamiaje político venezolano” y que el gobierno de Maduro “ha llevado a Venezuela a ser uno de los países más miserables del planeta”, realidad que contrasta con que sus adversarios “no hacen política” y están “ensimismados en sus proyectos personales”.
Dejamos aquí el artículo completo
Venezuela, ¿y ahora qué? Hace exactamente dos años, el cambio político parecía a la vuelta de la esquina. El régimen chavista sufría su peor derrota electoral, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) conquistaba los 2/3 de la Asamblea Nacional y la agudización de la crisis económica ponía contra la pared al mandatario Nicolás Maduro.
Ahora, el panorama es muy distinto. Maduro liquidó al Parlamento, aplastó a sangre y fuego las protestas ocurridas entre abril y julio, instaló su Asamblea Constituyente y acaba de arrasar en unos comicios regionales y municipales tachados de fraudulentos por la fracturada dirigencia opositora. Aunque la tempestad económica –caracterizada por la hiperinflación, la escasez y la devaluación – solo empeora, el viento político sopla a favor de la revolución chavista.
Pasadas las elecciones locales, la atención del país se centra en el proceso de negociación que este viernes 15 de diciembre continuarán en República Dominicana gobierno y oposición. Al margen de los otros puntos de la agenda, se espera que las partes avancen en el tema de las condiciones y garantías para unas elecciones presidenciales que ya asoman en el horizonte de 2018.
Con la mira en la próxima batalla electoral, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) anunció que postulará a Maduro para que continúe seis años más en Miraflores. La MUD ha declarado que escogerá a su candidato en primarias, pero aún no define la fecha de la consulta ni se sabe quiénes podrán aspirar, dado que el oficialismo utiliza las inhabilitaciones para diezmar la oferta opositora.
En medio de la incertidumbre, solo algo luce seguro: la economía seguirá en caída libre, según advierten los expertos. Hasta hace muy poco, todos creían que este descalabro conduciría a un inevitable desenlace político que abriría las puertas del cambio. Hoy algunos sospechan que el régimen chavista ha encontrado la fórmula para atornillarse en el poder valiéndose del hambre y la necesidad del pueblo.
Alianza letal
“La Venezuela de hoy está firmemente controlada por una estrecha alianza entre la Fuerza Armada y la izquierda marxista”, describe el sociólogo Luis Gómez Calcaño, quien observa que el ascenso de los militares hasta niveles de “cogobierno” – conquistando recientemente la presidencia de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) con el mayor general de la Guardia Nacional, Manuel Quevedo- ha apuntalado al sucesor del difunto comandante Hugo Chávez.
El profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) subraya que “este nuevo arreglo ha permitido el éxito de Maduro en estabilizar el régimen a pesar del derrumbe económico y el descontento político de los últimos años: el compromiso de la Fuerza Armada, y especialmente de la Guardia Nacional, con la represión frente a las protestas es premiado con la garantía de impunidad ante las acusaciones y sanciones por la violación de los derechos humanos o la participación en delitos graves como el narcotráfico”.
El académico sostiene que, en este contexto, “todo opositor sabe que protestar en las calles es inútil porque no producirá el efecto que se espera, pero las actividades puramente pacíficas, institucionales y sobre todo electorales no son menos neutralizadas que las protestas. En este caso, la represión es de baja intensidad, pero igualmente efectiva”.
“Los partidos y las organizaciones civiles, actores desarmados por principios y vocación, han intentado por varios medios producir cambios pacíficos en las prácticas institucionales y no han encontrado más que fracasos cada vez más profundos; quizás faltan otros medios por probar: la desobediencia civil y la resistencia pasiva, de cuyos métodos y procedimientos pocos saben en Venezuela. Pero mientras se mantenga la alianza que refuerza mutuamente los intereses de dos actores profundamente autoritarios, pareciera que el empuje de los actores democráticos internos no será suficiente para producir un cambio democratizador”, finaliza Gómez Calcaño.
Colapso total
Repartiendo críticas a ambos bandos, el analista Jesús Seguías afirma que “ya colapsó todo el andamiaje político venezolano”. A su juicio, el gobierno de Maduro “ha llevado a Venezuela a ser uno de los países más miserables del planeta”, al tiempo que sus adversarios “no hacen política” y están “ensimismados en sus proyectos personales”.
“Toda Venezuela está a merced de un gobierno cuyas tres mayores fortalezas son las armas, el soborno colectivo a través de un miserable chantaje a quienes padecen hambre, y las triquiñuelas electorales. Y para completar la tragedia, los venezolanos no cuentan con partidos políticos opositores que se comporten como tales, pues no son más que plataformas electorales para que sus dirigentes lleguen a la Presidencia de la República”, fustiga el consultor.
El director de la encuestadora Datincorp resalta que gobierno y oposición deben comprender que “nadie podrá pulverizar al otro”, razón por la cual apuesta por “negociar una salida consensuada que permita garantizar a todos los actores sus derechos políticos, sin pases de facturas indebidas y torpes, y donde el punto uno de la agenda sea cómo restablecer la armonía política y económica, y cómo encender de nuevo los motores de la producción nacional, teniendo como pivote de ese propósito al sector privado”.
Seguías considera que los líderes de la oposición deben renunciar “provisionalmente” a sus “legítimas aspiraciones” y “escoger un candidato presidencial de consenso que sea útil para la reconstrucción y unidad de la nación”. “Esto significa que los aspirantes clásicos y ya conocidos cedan el paso a otras fórmulas transitorias. En Venezuela no ha habido cambio no porque los venezolanos no lo quieran, sino porque no ha habido fuerzas y liderazgos competentes para encabezarlo. Así de sencillo”, concluye.
Redacción Cubanos por el Mundo