Las conversaciones de WhatsApp de Efraín Campo Flores y Francisco Flores de Freitas, sobrinos del presidente venezolano Nicolás Maduro condenados a 18 años por narcotráfico, demostraron un alto grado de perversidad de los imputados que evidenciaron ser parte de una red delictiva y cruel, en la que se movían blindados por ser familia de Cilia Flores, primera dama de Venezuela.
“No papa, después de la bomba les dije que había que bajarle 2 que por ahora no se podían morir yo antes de lanzar la bomba les dije que había que matar a esos locos ya después no se los dije en la bomba de Las Mercedes (estación de servicio). No pueden hacerle nada a esos tipos ahorita no pueden”, dice uno de los mensajes de texto de Efraín Antonio Campo Flores, a otro implicado en su red de crímenes.
Campo Flores, es sobrino directo de la primera dama Cilia Flores, y por tanto, ahijado del presidente Nicolás Maduro. En las conversaciones privadas con sus socios le llamaban ‘Tanner’. En los chat utilizados como evidencia en el juicio en su contra, Campos hace referencia a la planificación y ejecución de asesinatos en su país, con una ligereza que asombra. Estaba tan confiado en su impunidad que aún no debe creer su sentencia. Ahora está tras las rejas.
Mafias y delitos afines
En los mensajes intercambiados por los sobrinos narcotraficantes, aparece entre sus socios el exlíder de la megabanda delictiva venezolana ‘El Tren de Aragua’. El 18 de junio de 2015 su cuerpo desmembrado fue hallado en una zona cercana a Caracas. Dos días después, el 20 de junio, Flores envía a Campo dos fotos del cadáver y una foto de ‘Breaker’ vivo, junto a su novia ‘Rosita’.
Otro de los muchos contactos subversivos encontrados en los celulares de Campo, está Gilson, con quien conversa sobre armas. El sobrino le dice “consígueme una mini uzi, una para mi y una para mi tío (que es policía)”.
Durante el juicio a los venezolanos, la Fiscalía insistió en una pena superior a los 30 años de cárcel, pero el juez decidió bajarlo a 18. Por su parte, los abogados de la defensa sostuvieron durante todo el proceso que los primos eran dos hombres “humildes” que entraron al narcotráfico como novatos y terminaron cayendo en una trampa de la DEA.
Estos son sólo dos, de los muchos personeros del entorno poderoso del chavismo, que se han aprovechado de sus influencias para cometer toda clase de delitos y crímenes. ¿Cuántos más como ellos seguirán matando y enriqueciéndose con el narcotráfico, protegidos por la complicidad del Régimen chavista? Ojalá este sea el inicio de más juicios, de más sanciones para los delincuentes del gobierno venezolano. Aunque sea por esta vez, la justicia llegó.
Redacción Cubanos Por El Mundo
