La desnutrición severa está matando cada vez más niños en Venezuela. Una realidad que estremece, por absurda y cruel, mantiene en vilo a miles de madres en ese país, ante las dificultades para alimentar y cuidar a sus hijos en la peor crisis económica y social que haya experimentado en décadas su población.
“Hay veces que se te muere en las manos por deshidratación. Desde el año pasado han venido aumentando los casos, pero 2017 ha sido un incremento terrible de pacientes desnutridos. De niños que te llegan lactantes y tienen el peso y talla de un recién nacido”, le dijo a The New York Times la doctora Milagros Hernández, personal de la sala de emergencias de un hospital infantil en la ciudad de Barquisimeto.
Según los galenos consultados en 21 hospitales del país, entre 2015 y 2016, conforme se intensificó la crisis, se triplicaron los casos de desnutrición infantil pasaron a liderar las causas de ingresos pediátricos en los centros de salud. En los últimos cinco años, diversas organizaciones no gubernamentales han denunciado el problema al asegurar que los niños menores a dos años se están muriendo de hambre, y en proporciones alarmantes.
“Los niños están llegando con unas condiciones muy precarias de desnutrición”, confesó otro especialista, el doctor Huníades Urbina Medina, presidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría.
Ni guerra ni catástrofe natural
La realidad por más que el Régimen pretende disfrazarla, es inocultable. Los índices alarman en los centros de salud. Las cifras oficiales nadie las conoce, pero basta con revisar los ingresos y decesos hospitalarios para saber lo que sucede. El personal médico lamenta entre pasillos lo grave de la situación, aunque se esfuerzan por cumplir con su labor en medio de la desidia hospitalaria.
Ingrid Soto de Sanabria, jefa del Servicio de Nutrición, Crecimiento y Desarrollo del Hospital de Niños J. M. de los Ríos.
“La desnutrición a estos niveles suele ser por una guerra, una sequía, alguna catástrofe o un terremoto, pero en nuestro país está directamente relacionada con la escasez y la inflación”.
En el último reporte anual del año 2015, del Ministerio del Poder Popular para la Salud, se evidenció un aumento de cien veces en la tasa de mortandad de niños menores de cuatro semanas: de 0,02 por ciento en 2012, a poco más de 2 por ciento. La tasa de mortalidad materna aumentó casi cinco veces durante el mismo periodo.
Censura oficial
La desnutrición también enfrenta censura dentro de los hospitales: muchos doctores reciben advertencias de no registrarla en los antecedentes médicos de los niños.
“En algunos hospitales oficiales se ha prohibido el diagnóstico de desnutrición en las historias clínicas”, dijo el Urbina.
Las madres en sus esfuerzos por alimentar a sus pequeños improvisan con teteros de almidón, agua de arroz o de harina de maíz, lo que es insuficiente y termina con sus muertes en muchos casos. Las madres también tienen hambre, pero lo que encuentran es para sus hijos.
Mientras tanto, Maduro Baila en Miraflores, se reúne con Raúl Castro, defiende a sus aliados comunistas en el mundo, financia a los corruptos de su entorno y protege al montón de delincuentes que al igual que los famosos sobrinos de Cilia Flores, despilfarran los recursos de la nación matando y aumentando sus fortunas.
Pobre país, pobres niños, pobre conciencia gubernamental.
Redacción Cubanos Por El Mundo
